Recuerdos Ocultos (Kim Tae-hyung)

Hidden Memories 33

¿Llegué a tiempo?

Narra Taehyung

Parece mentira el paso que daré, casarme con Seul, esas tres palabras desmoronaban mis ganas de ser feliz y, aunque al principio lo vi como una brillante idea, se fue por el caño cuando comencé a convivir con ella, pero eso no fue lo peor, si no que tuve que hallar a (__TN__) a mitad de camino, es tan jodido el destino, tan maldito, detesto mi vida.

Mamá de TH- Toc, toc.- Dijo alegre al entrar, me sacó de mis pensamientos.

Taehyung- Hola mamá.- Me incorporé y la abracé- ¿Cómo estás? ¿Y papá?

Mamá de TH- Bien, está esperando en el salón, bueno, todos lo hacen.- Me observó de arriba abajo- Estás precioso.- Apoyó su mano en su mentón- ¿Por qué tu semblante no pega con el resto?

Taehyung- Ah, ¿Qué dices mamá? Estoy feliz.

Mamá de TH- TaeTae, con mamá no, te lo dije mil veces.

Taehyung- ¿Eres vidente o qué?- Hice puchero.

Mamá de TH- Sólo con mis hijos, y uno de ellos está por dar un paso que no quiere.

Taehyung- No te voy a mentir.- Fue lo único que dije.

Mamá de TH- Hijo, tarde o temprano las cosas se arreglarán, ten fe, si Seul Gi no es para ti Dios pondrá su mano entre ustedes, ¿No crees?

Taehyung- Sí, lo creo.- Sonriendo amargamente, no veía la luz al final del túnel oscuro que me aguardaba.

Jin- Vinimos por el novio, con permiso.- Vestía un traje gris, los padrinos eligieron el color.

Narra Seul Gi

¿Feliz? Cómo no estarlo, mis planes iban encaminados, mucho más que eso, tenía a Taehyung y a Kai en mis manos, mi organizadora se descompuso a último momento, un motivo menos del qué preocuparme.

Henry- Señorita Seul, ya vamos a empezar.

Seul Gi- Muchas gracias, ya terminan las estilistas.

Unas dos mujeres me terminaban de arreglar el vestido, el peinado y el maquillaje, hoy será el mejor día de mí vida, ¿Qué si tengo remordimiento? Jamás, sino no hubiera llegado tan lejos, como falsificar el ADN del mocoso y bueno, mi relación con Kai, que vino como invitado de mi boda.

Narra (__TN__)

Logré escapar como una fugitiva, una vagabunda fugitiva, a penas tenía un billete en mi mano y en la otra una vieja carta, en pijama, una enorme chaqueta de hombre y descalza, una no muy agradable imagen, sin olvidar que me dolía horriblemente mi mano, lugar de donde quité la aguja, no tuve tacto al hacerlo, un pequeño detalle.