Unfortunate Events. || Larry Stylinson [pausada]

Capítulo 8

El olor a unas tostadas recién echas y café caliente lograron despertarlo lentamente de su perfecto descanso. Zayn era de despertarse temprano y hacer el desayuno lo sabía, pero esta era la primera vez que lo hacía desde que estaba acá y le encantaba. Podía acostumbrarse a la idea. Sin pensarlo, se desperezó hacía un lado, olvidando que había otro cuerpo a su lado – el cuerpo de Louis – y solo se dio cuenta cuando escuchó un sonido sordo y secó golpear contra el suelo de la habitación.

            Se asomó por un lado del colchón mirando al suelo, para ver a Louis despabilándose y no sabiendo qué había pasado, sobándose la cabeza. La risa escandalosa de Harry le hizo reaccionar y ver lo que había sucedido.

- ¡Hey! – amonestó el mayor, levantándose torpemente del suelo. - ¡¿Por qué me tiraste al suelo, imbécil?! – Gritó algo enojado por que Harry seguía riéndose – ¡No es chistoso!

            Harry estaba desparramado en el colchón boca arriba, con una mano en su barriga y otra ocultando su ya escandalosa risa.

- ¡Deja de reírte! – volvió a gritar frustrado, no le gustaba que se rieran de él.

- Ya – tomo aire y soltó una carcajada más. – Lo siento mucho… es que tu cara… – volvió a reír dejando a medias la frase.

            Louis, ofendido, se levanto con su peor cara de enojo y frustración que pudo poner, tomó su pantalón que había dejado reposando en el escritorio y se lo colocó.

- No, espera, no te enojes. Ya me calme, ya no estoy riéndome, ¿ves? -  sonrío pacíficamente, todo astibo de burla se esfumó en el momento que vio que se había pasado.

            Louis siguió mirándolo de pie en medio de la habitación con su mejor – actuada – cara de enojo dirigida única y exclusivamente a Harry. Al ver el rostro de suplica y disculpa que tenía el menor en esos momento no pudo evitar estallar a risas también incitando al ojiverde otra vez a reírse descocadamente.

- Bueno, esta bien, muchas risas a primera hora de la mañana. – cortó de golpe Louis, yendo a revisar su celular. – Me tengo que ir. – dijo mientas se colocaba sus vans y su sudadera azul.

- Espera, ¿no vas a desayunar?

- No puedo, tengo que ir a mi casa.

            Abrió la puerta, saliendo de la habitación trotando. Dio un grito de despedida dirigido a Zayn y a Niall, y un portazo sordo retumbar en todo el departamento.

            Iba por las desoladas calles que separaban la casa de su mejor amigo de la parada del bus, con la mochila al hombro. Llevaba los auriculares puestos y un cigarrillo atrapado entre sus finos labios, anteojos oscuros y la capucha de su jersey sobre su cabeza. A paso moderado y con el sueño aún pegado en sus ojos.

            Al subir al bus se sentó en uno de los asientos individuales al fondo de todo, al ser domingo no había casi nadie y eso le agradaba. Los buses repletos de gente eran algo tan desagradable e irritante. Le gustaba la tranquilidad de estar sentado y ensimismado en sus pensamientos.

            Tomó su celular y marcó.

- Hola. – se escuchó del otro lado de la línea