Miradas.

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Candace me tiro una mirada asesina, a lo que yo sólo asentí, agradecí por la comida y salí por la puerta principal.
Camine sin rumbo durante la noche, sin saber a donde iba, sabía que tenia una gran carga sobre mis hombros, respire hondo, mi cabeza no sabía que hacer a donde ir, me alejaron de mi hogar.
Mis puños se cerraron con fuerza una gran rabia quería salir.
Corrí hasta adentrarme a un bosque, me acerqué hasta la orilla del río, vi mi reflejo expresaba odio, nunca vi mi cara en esta forma.

Corrí hasta adentrarme a un bosque, me acerqué hasta la orilla del río, vi mi reflejo expresaba odio, nunca vi mi cara en esta forma

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Necesitaba descargar, saque de mi bota unas dagas y un rollito de tela para envolver mis nudillos.
Un golpe, dos golpes.
Sentí un calor correr por mis dedos <sangre> no me importó y seguí en lo mío,  estuve un tiempo largo lastimado mis nudillos.
Mi cuerpo se alertó cuando escuche el ruido de una rama partiéndose detrás de mi, agarré con fuerza mis dagas en posición de ataque, camine sigilosamente al rededor de unos árboles, visualice al causante de mi preocupación, era un animal bellísimo, enorme color negro con sus ojos amarillos como el girasol, sus cuatro patas eran enormes casi el mismo tamaño que mis manos.
Me acerqué logrando captar su atención por unos segundos, me miro y luego volvió a meter su hocico en la nieve para masticar un pedazo de carne, volví a caminar para acercarme, el ni se inmutó

-Hola chiquitín- acerqué mi mano para acariciar su cabeza a lo que recibí un gruñido de enojó, aleje mi mano y el volvió a comer su pedazo de carne - No te haré daño- capte su mirada, levanté  mis  manos y solté mis dagas - eso es, ¿Ves? No quiero hacerte daño- por fin pude sentir su pelaje, suave, húmedo.
Lo acaricié un rato más recibiendo jugueteos de su parte

-Bien, creo que es hora de irme- agarre mis dagas del suelo y empecé a caminar de vuelta a Kattegath - No me digas- le repitió al animal ya que la estaba siguiendo, cada vez que ella le prohibía que la siguiera el animal tiraba sus orejas para atrás y la miraba con una especie de tristeza en sus ojos - Bien - dije frustrada - Serás Scrappy - me acerqué a Scrappy acariciándolo unos segundos y seguimos nuestro camino a Kattegath.

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