¿Quién eres?

Admitelo. Estás enamorado.

La decisión estaba tomada. Iba a dejar su trabajo ya que, después de varios días pensándolo, se había dado cuenta de que realmente aquel trabajo no le aportaba más que dolores de cabeza y murmullos a su alrededor. Además, la gente era fría y distante lo que la ponía nerviosa ¿Cómo había podido ser ella uno de ellos? Pensaba cada vez que se veía en una de las fotografías colgadas donde aparecía con una compañera. Una foto sin sonrisas ni colores. Solo ellas dos vestidas con sus impecables trajes en una oficina impersonal y fría como todo el edificio.
Con todo, todavía tenía muchas dudas que incrementaban su miedo a tomar una decisión incorrecta pero, intentó con todas sus fuerzas que desaparecieran para que dejaran paso al pequeño discurso que tendría que exponer a su jefe para informarle de que dejaba aquel horrible trabajo.

¿Cómo lo haría? Pensaba una y otra vez esperando a que la inspiración le llegara de alguna parte.
Se sentó encima de la cama y suspiró. Aunque parecían pocas las cosas que tenía que hacer le resultaban difíciles ya que estaba cortando con su vida pasada y no queria estropearlo con decisiones precipitadas.

----Narra Jimin----

Me levanté de la mullida cama con un insoportable dolor de cabeza y con los músculos adoloridos intentando averiguar que había pasado la noche anterior, cuando, de repente me doy cuenta de que aquella no era mi habitación ni ninguna otra conocida.
Me restregué los ojos y miré a mi alrededor. Efectivamente, nunca había estado allí antes. Era una pequeña habitación con nada más que una cama y el gigantesco armario empotrado.
"¿Dónde estoy?" Pensé levántandome de la cama para darme cuenta de que estaba completamente desnudo.

- ¿Estás despierto? - preguntó una voz tras la puerta. Abrí los ojos de par en par y me tapé rápidamente con una sábana justo a tiempo de que la chica entrara en la habitación con solo la ropa interior puesta y una sonrisa traviesa
- Lo estás. - añadió parándose en mitad del cuarto mientras yo la miraba de reojo intentando averiguar quién era.
Definitivamente no me acordaba de nada.

-Si...hmm...creo que debería irme a casa - conseguí decir mostrando una sonrisa. Me sentía completamente perdido. No sabía donde estaba ni quién era aquella chica, cosa que nunca me había pasado. Lo que estaba claro es que había sido una noche movidita.
- ¿Tan pronto? - preguntó poniendo pucheros a la vez que intentaba poner una mirada tierna.
- Si, tengo que irme. Lo siento - dije. Cogí la ropa amontonada en el suelo y con la sábana tapándome me dirigí a una puerta que suspuse el baño, donde me cambié.

"Soy idiota" "¿Cómo he podido acabar así?" Pensaba una y otra vez sin poder creermelo. Hacía mucho que no me iba con la primera chica que veía y ahora me sentía un completo estúpido. Seguramente me había emborrachado lo suficiente para que aquella chica consiguera llevarme a su casa. Sabía que borracho era muy vulnerable.
Salí del baño sin echar una ojeada al espejo ya que ya me imaginaba la pinta que tenía y dejé a la chica en medio de la habitación boquiabierta. No le dije nada más ya que no sabía que podía decirle. ¿Me tendría que disculpar otra vez? ¿Decirle que la llamaría cuando sabía que no era verdad? Por ello, fui directo a la puerta la cual encontré facilmente, salí y, sin mirar atrás y con muchos pensamientos en mente donde en la mayoría me arrepentía, caminé por la amplia y abarrotada calle intentando calmarme. No había sido nada del otro mundo. Ese tipo de situaciones ya las había tenido pero ahora "¿Por qué me sentía tan mal?" Pensé. Estaba soltero y eso significaba que podía hacer lo que quería pero aún así no podía evitar pensar en lo mismo.

"¿Y si es T/N el por qué me siento mal?" Habíamos estado relativamente juntos y aunque intentara negarlo echaba de menos estar con ella. Durante todo ese tiempo había conseguido no llamarla pero cada día que pasaba se hacía más complicado. Realmente me sentía un estúpido por como me había comportado la última vez y me hubiera gustado haberlo remediado pero ya era tarde. Ahora la única opción que veía era llamarla como si nada hubiera pasado.
"¿La llamo?" Pensé mientras sacaba el móvil y me metía en su contacto.