I: Peter DeRossi

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«Porque detrás de cada persona se esconde otra;
Quizas más nueva,
Quizas más bella;
Quizas la tuya. »

Federico Moccia.

...

Abrí los ojos como todos los dias y salté de la cama para empezar un nuevo dia.

Vaya, eso rimo.

Soltaria una risa egocentrica sino fuera porque golpee mi dedo meñique del pie izquierdo con la pata de la cama.

Hice todo lo posible para no gruñir y me encamine al baño. Me miré al espejo; mi cabello caia peresosamente sobre mis hombros y cara —si alguien me viera en estos momentos creeria que vengo de una pelea de gallos—.

Me miré nuevamente y noté que tenia baba seca en la comisura del labio, luego me escandiló la luz del bombillo. Mis mejillas estaban enrojecidas por el golpe furtivo contra la alfombra y mi dedo estaba latiendo.

—Bien, pudo ser peor. —me susurre lentamente.

Lavé mi rostro con agua fría y volvi al cuarto. Todo estaba notablemente borroso así que encendí la luz para conseguir mis lentes. La miopia me estaba dando los buenos dias.

—¡Nena, ven a desayunar!

El grito de mi mamá resonó en toda mi habitacion, tomé una pantuflas y baje lentamente las escaleras.

Todo en mi vida estaba en orden, todo en mi vida estaba metodicamente planificado; Mis horarios en la universidad, mis clases de salsa casino, mi tiempo para leer Paulo Coelho y mi tiempo para ir a Polka Dutts a beber café expresso y seguir leyendo.

Hoy era uno de esos dias.

Hoy iría a Polka Dutts, me sentaría en la antepenúltima mesa de la izquierda, en el asiento pegado al vidrio que da a la calle, leería A orillas del Río Pierda me senté y lloré mientras bebía café sola y hablaria en interbalos de tiempo con Ian cuando se escapara de sus horas extra en la dulcería y luego iría a Salsa casino. Todos mis domingos son iguales, no me gusta romper con mi rutina.

Y todo en mi vida es, lo que yo planeé que sea: sin ir lejos puedo verlo, veo mi vida planeada en un solo instante y veo todo lo que ocurrirá cada día.

Suspiré. Até los alambres de púas que poseía por cabellos y llegué a la cocina.

—Buenos días. —dije entrando.

Le di un beso en la mejilla sonoro y baboso a mi mamá, Mientras que me sentaba en la mesa. Apreté la nariz de Joe, mi hermano; quien estaba sumido en su celular mientras comia un pan tostado como cerdo.

—¿Vas a Polka Dutts? —pregunto masticando pan.

—Siempre va a Polka Dutts antes de ir a salsa casino. —respondió mi mamá por mí—. Oigan, ¿donde esta Zoe?

Joe y yo nos encongimos de hombros. Zoe seguramente estaba durmiendo en su tienda de campaña improvisada. La tenia en el zotano y recreó un bosque con plantas plasticas de mamá.

Niños.

—Buenos días. —se anunció Jared, nuestro hermano mayor-menor entrando a la cocina—. Hasta la tarde. —dijo nuevamente.

Jared tomó el desayuno ya preparado de la mesa, las llaves del auto y se fué con la misma que entró. Eran las 8am y ya iba tarde al trabajo. Jared trabajaba de lunes a lunes en el periódico.

Éramos Tóxicos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora