" Míralo.
El rostro de un ángel
Malicioso y los ojos como
El cielo nocturno en el infierno."—Cazadores de Sombras.
...
Peter.
-¡¿En dónde estabas!? –Sam me gritó al verme y se cruzo de brazos.
Le sonreí sin ánimos y aventé mis llaves al mesón de la cocina.
-Eso no te importa.-desabotone mi camisa y la doble, para colocarla en el sofá.
-¡Claro que me importa, Peter! –volvió a gritar.
Instintivamente cubrí mis oídos con mis dedos. No estaba de humor para Sam, y mucho menos para su papel eufórico de novia celopata.
-Sam, no tengo tiempo para ti, tampoco paciencia. –Fui al grano-. ¿Vas a acostarte conmigo o no?
Ella me miro con ojos furiosos. Rodé los ojos en señal de tortura y camine hacia la puerta, la abrí he hice señas con las manos para que me hiciera el inmenso favor de largarse de mi pacifico hogar.
-No soy un juguete sexual, Peter. –de pronto comenzó a sollozar.
Tome sus brazos y la conduje hacia la puerta, ella no quería Salir, así que la lleve afuera. ¿Qué esperaban?, ¿Qué la consolara y luego le dijera que la amaba? ¡JA! Sam no valía la pena. No valía siquiera mi tiempo. Antes de que pudiera hacer cualquier cosa, cerré de un portazo y pase seguro.
No le pregunté como había entrado a mi apartamento, pero mañana cambiaria la cerradura.
-¡PETER, ABRE LA MALDITA PUERTA! –comenzó gritar.
Eran aproximadamente las 10 de la noche y tenía una gran migraña, mañana seria un día muy ocupado: debía ir a la constructora a finalizar el enganche de los ingenieros en el proyecto de Colombia.
Tenía a Aaron preocupados por sus negocios en Medellín. Necesitaba mover un poco de dinero de las diferentes cuentas en Panamá, y eso me cargaba al borde de la locura.
También la llegada de Chris, de cómo reaccionaría la saltamontes y Sam. Definitivamente mi cabello se caería.
-¡PETER! –volvió a gritar-... estaremos juntos... pero por favor... ábreme.
-Lárgate, Sam. Ya no deseo estar contigo. –bostece. Estaba tan cansado que podía haber recibido a Sam nuevamente para divertirme un poco, pero debía hacer las cosas bien, y lo primero en mi lista era deshacerme de Sam y alejarla de mi vida; ella estaba loca y por más que deseara estar con alguien, no volvería a caer en los brazos de ella.
Estar con Sam y pretender estar con Abby a la vez iba a terminar en un completo desastre: Abby era inocente, y Sam se aprovecharía de eso para destruirla, y esa no era la manera de hacer las cosas.
-No vuelvas a aparecerte por aquí. –le finalice a Sam.
No escuche quejidos por su parte, lo cual me tranquilizó. Ya ella aprendería a conservar la poca dignidad que le quedaba.
Camine por mi apartamento y llegué a la biblioteca, del escritorio tome una botella de Brandy y me serví un trago.
Quité mis zapatos y fui hasta la sección de Novelas Épicas que había conservado de mi mama.
Libros como: Romeo y Julieta, Hamlet, El Rey Lear, Historia de dos ciudades y Troya aun estaban en Italiano. Cuando leía me gustaba hacerlo en mi lengua natal, recordar los viejos tiempos en las calles de Venecia me hizo sonreír; Encontré en los libros un refugio para la soledad.
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Éramos Tóxicos.
Romance·Todas las historias de amor encierran en sí; todos los secretos del mundo. -PAULO COELHO