Cosas que hace Min YoonGi cuando está celoso ❀ kookgi

❝🚫❞ ;; Dejarme en abstinencia.

Todos me miraban con expresiones burlonas, yo mientras tanto sufría internamente ante aquello.

¡¿Por qué?!

Justamente de todas las personas existentes tenía que ser yo, el ser humano más benévolo de esta tierra tenía que sufrir aquel cruel castigo. Y es que no era para menos, aún podía recordar la cara que ponían mis amigos cuando aquella misma regla se les veía impuesta.

-Una semana sin tener un agujero que llenar, mal, Jungkookie, muy mal -. Se burló Hoseok mientras devolvía su mirada a la televisión, quise matarlo pero luego no podría justificar su muerte así que lo ignoré.

Me encaminé a la cocina buscando algo dulce que se me apeteció en estos momentos, allí estaba Seokjin haciendo la merienda -o eso creo- al verme entrar rió en voz baja.

-Una semana-. Farfulló burlón entre risas mientras continuaba cocinando, bufé irritado abandonando mi misión principal en la cocina.

Mientras caminaba por los pasillos de la casa en busca de mi habitación, la risa de los otros dos resonó en mis oídos. Me junté más a la puerta de Jimin para tratar de oír lo que sea que estuviera hablando con su novio.

-Sí, amor, una semana -. Su chillona risa me estaba irritando mucho más de lo normal así que continúe mi camino hasta la habitación que compartía con Namjoon-hyung.

Al llegar este estaba sentado en su cama, soltando risotadas murmurando "una semana" y aquello acabó con mi poca paciencia haciendo que me lanzase a la cama frustrado.

Una maldita semana.

➸🍬

Yoongi solo estaba usando una camisa blanca -que por el tamaño deducía era mía - ¿Qué decir? Tengo mi armario repleto de estas camisas, son las únicas cómodas. Dirigí mi mirada a sus piernas suspirando.

Sus lindas piernas blancas que estaban a mi vista, ahora entiendo porque todos miraban a mi hyung cuando usaba esos pantalones apretados. ¡Qué tortura!

Una semana de abstinencia que seguro no aguantaría.

-Jungkookie, ¿qué te sucede? -. Preguntó con su hermosa voz acercándose a mí para sentarse en mi regazo. Me sonrió con tanta dulzura que me sentí un pecador ante mis impuros pensamientos -Te ves muy preocupado.

¿No será por qué tengo unas malditas de follarlo en todas las posiciones con esa maldita camisa? Pensé sarcástico. Claramente no diría eso, al menos si amaba mi joven vida.

-Nada de que preocuparse hyung -. Pero contrario a todo lo que quizá estaba practicando me incliné a su húmedo cuello empezando a besar y lamer a mi antojo; su fragancia llamándome a seguir.

Sus jadeos y gemidos bajos solo aumentaban la lascivia que habitaba en mi ser.

Hasta que su armoniosa voz -qué sonaba mejor gimiendo mi nombre-, susurró algo que me hizo bajar de mi nube de placer:

-Estás en abstinencia ~ -. Canturreó bajándose de mi regazo para luego salir de la habitación.

Vuelvo y repito: ¡Maldita tortura!