Capitulo IV

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'Él'

Ella se encontraba en un lugar que nadie a podido descifrar y él le agradecía por haber contribuido en uno de sus retorcidos juegos ella no podía escucharlo pero él tenía la certeza de que en el más allá le sonreía, esa mañana su oscura alma se regocijaba al ver como su hermosa creación era el centro de atención ya estaba tanto en los periódicos como en la televisión y eso le agradaba el mundo sentiría temor de él, siempre que alguien efectuaba un crimen la ciudad se escondía hacían toques de queda y trataban de tomar toda precaución eso le gustaba ahora es él la causa, es él quien regala esa conmoción, las personas no saben que el miedo es su alimento no hay nada mejor para el que ver a las personas temblando del nerviosismo o incluso suplicando piedad, algo que él no posee hace mucho. Su corazón ya no siente más que odio y satisfacción al ver sus obras terminas.

Es gracioso. Pensó

Me gusta ver como las personas enloquecen. Sus ojos tediosos, los ceños fruncidos, manos sudorosas buscando cualquier cavo flojo en mi plan, pero solo se dejan llevar por pistas intencionales, voy diez pasos delante de todos

Acarició los arbustos a mi alrededor mientras observo la gloriosa escena desde lo lejos, tomó asiento en ese césped sin dejar de mirar al frente, observar tu obra terminada te vuelve meticuloso quieres que hasta el más mínimo detalle quede perfecto aunque nadie lo notaria, todos están concentrados pendiente de mis eslabónes, miran mi creación como algo oscuro. Nadie puede verme y yo los veo a todos. Tengo que actuar de nuevo, nadie sabe porque lo hago o cual es el fin que busco, todos creen que estoy enfermo pero no. Simplemente les estoy dando la liberación que necesitan, los estoy liberando del pecado y eso solo los asusta. Tengo que continuar. Tengo que seguir plantando mis Rosas

Los forenses retiraban su creación del altar que le había creado. Su emoción crecía aún más, su pequeña flor, su hermosa rosa, brillará como el pequeño lucero que se asomaba esa fría noche, la noche en la que le dio libertad. Suspira al observar todo a su alrededor parece glorioso, siente que baila entre millones de estrellas mientras centenares de ángeles se forman para darle las gracias. Es el Rey, el Rey en su propio mundo, el héroe de su propio cuento y se siente muy bien con eso.

No piensa detenerse y no lo hará. Su mente le proporciona un poco de consolación como cada vez que salía de aquella habitación y la dejaba sola, a su pequeña flor, eran las únicas veces que el sentía ese pesar, cuando la dejaba descansar, cuando el cerraba sus ojos para soñar miles de estrategias, ese era el único momento que su corazón dolía. Por eso allí, antes de levantarse volvió a darle las gracias a su amada flor, prometiendo no dejar a su hermana sola tanto como lo había hecho con ella, le prometió que aquella sentiría aun más su amor.

Se levantó al fin, la observó por última vez antes de ser traslada a la morgue y se hecho a andar

El sol de la mañana comenzaba a calarle en la piel mientras camina por las calles, llenas de gente. Gente que no tiene idea del terror que sostiene el hecho de respirar el mismo aire que él, nadie se imagina la eficacia que este hombre tiene en sus manos para labrar senderos de destrucción y dolor.

Después de cruzar varias esquinas y recorrer calles enteras, al fin puede visualizar esa amplia estructura moderna, protegida con alta seguridad, coloca el código de la entrada mientras se concentra en mantener su mente vacía. Avanza por el salón principal de su hogar observando todo como ya le es costumbre, las paredes color crema, los muebles de cuero oscuro y las pinturas hechas a mano colgadas simétricamente con una distancia paralela entre el suelo de porcelana color tierra bien pulido y el techo de yeso moldeado, todo esta limpio y en su lugar, nada a cambiado ni se ha movido más de un centímetro desde que se fue la noche anterior para preparar la presentación de su amada. Su paranoia ante el robo es algo estúpida considerando su estandarte de delincuencia, pero él lo considera como un instinto del cual nunca se va a poder alejar, no es un miedo, más bien es un deseo. Desear ser robado lo divierte cuando le da vueltas al tema en su mente ya que el mismo se cree un ladrón de almas pérdidas que merecen ser abiertas a la felicidad que proporciona la liberación.

Jardín De Rosas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora