🔱 La hija de los Collester 🔱

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– Al fin – dijo exaltada cuando su expedición con los niños de la preparatoria terminó.

Corrió a tomar un descanso.

Después de reposar cinco minutos en la oficina, se dirigió a su apartamento en la calle 12 de Camshesbel.

Las calles estaban pobladas de gente a las 4:00 pm. Las personas iban al teatro al lado del museo, al restaurante (ubicado en la calle 13, que para el gusto de Nalie, era de solo dos estrellas, aunque el letrero ofrecía más) o al Crowne del lago, un hotel verdaderamente costoso, en el centro del pueblo, a un costado del lago que conectaba Billis con Camshesbel.

Caminó tan rápido que cuando se dio cuenta, estaba en frente de la residencia Collester, la casa lujosa de sus vecinos. Su apartamento en la segunda planta de un local en venta, estaba ante sus ojos.

Al entrar notó la tenue luz y la frialdad con la que la esperaba aquel lugar.

- Extrañaba éste chiquero - dijo expectante al dejar su bolso en el sofá al lado izquierdo de la puerta.

El apartamento era muy acogedor y cómodo. La sala de estar estaba repleta de cuadros de batallas donde se llevaron acabo importantes sucesos históricos. Un pequeño juego de muebles en el centro y una mesita de café con una flor muy peculiar en ella.

Avanzó a paso descuidado.

Al lado izquierdo de la habitación estaba lo que parecía ser un tronco de abeto talado con extrañas formas de una cultura hindú, sobre éste había una foto de sus padres, abrazados en una especie de jardín.

En el fondo de esta habitación estaba un juego de comedor, y sobre éste, una lámpara lujosa, regalada por su madre cuando se graduó. En la zona intermedia estaba un pasillo que conducía hacia la cocina y el baño.

Sus padres vivían en la ciudad, se mudó sola cuando se enteró de las historias que conformaban aquel pequeño pueblo, a los veintiún años. .

De no ser por el gato angora que reposaba en la alfombra de la habitación, aquel lugar parecería abandonado.

En su habitación, un ventanal permitía la vista a la avenida Camsh, delante de éste, estaba la cama, hecha de madera de roble y tallada con flores. Un puf situado al lado derecho de la cama, un closet con puertas corredizas, un estante repletos de libros que se titulaban como ¨La verdad tras lo sucedido en Venes¨, y luego una peinadora, con un espejo circular. Las paredes estaban pintadas en colores pasteles, rosas y amarillos.

- Nemis, ¿como estuvo tu día? - espetó Nalie dirigiéndose al gato. Nemis se paseó por sus piernas maullando levemente.

Nalie había trabajado desde las 8:00 am en el museo. Estaba hambrienta y cansada, pero más hambrienta, porque así era ella.

Se dirigió en dirección a la cocina.

La entrada de la cocina era un arco, talado con la misma escritura hindú, todo en la cocina era de color negro y blanco, lo que le daba un aspecto muy formal.

Tomó un trozo de queso azul y la jarra de porcelana con jugo de cerezas. Del estante tomó dos panes franceses y los abrió, los untó con mantequilla y puso trozos de queso azul en ellos. Estuvo tentada a buscar más panes, pero recordó que debía controlar su apetito.

Se sentó en el comedor, observó las tres sillas vacías y se imaginó sentada comiendo con sus padres y su hermano, si tuviera uno.

La vida para ella era una aventura, sentía que estaba bien de alguna manera vivir sola. Pero extrañaba a sus padres. Y lo más importante, extrañaba vivir de aquella manera.

 FOCUS: ¿Tu Espiritu O Tu Pecado? (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora