Calor y confianza

960 67 27
                                    

Japón ha estado caluroso estos días, es como si estuviéramos en un pequeño horno. Ya ni les cuento del laboratorio, aunque hay aire acondicionado no se siente tan fresco como quisiera, a esto le sumo la sofocante tela de la rigurosa bata.

Si senpai estuviera aquí seguramente se sofocaría de calor, su mal humor aumentaría y estaría básicamente insoportable. Qué bueno que está en reunión con los académicos.

Siento unas ganas de locas de quitarme la bata y la camisa, si estuviera solo quizá lo haría, pero también están Tadokoro y Miharu. Esto me recuerda aquel momento en donde senpai se quitó la camisa y solamente se quedó en bata, de solo de pensarlo me endurezco.

Me concentré en las consignas que senpai me dejó, quiero que cuando regrese todo esté hecho. He sudado tanto que se absorbió a mi ropa y ahora siento comezón en la espalda, trato de rascarme pero hay una zona en la espalda que no me alcanzo, uso mi lápiz para satisfacer mi comezón, aun así no puedo.

Trato de hacer mis diligencias eficazmente y lo logro por un rato, pero ya no puedo, me estoy enloqueciendo. Busco a alguien para que me ayude, ¿Tadokoro? Le miro las manos y veo que apenas tiene uñas.

¡Demonios! ¡Me pica!

¡Ya sé! MIHARUUUUUU me puede aliviar. No le veo por aquí, seguramente está en el anexo.

-Miharu chan, ayúdame por favor

-oh Morinaga senpai, qué necesitas.

-Por favor, rascame la espalda. Tengo una comezón que me está volviendo loco.

- Dime donde, voltéate...

- aquí -le señalo en la medida de lo posible.

-¿Aquí? - Miharu empezó a rascar

-ay! si, pero más fuerte- Miharu rascaba fuerte pero yo no sentía consuelo.

-Creo que tienes que quitarte la bata, la tela es gruesa.

-Es verdad, tienes razón- desesperadamente me quité la bata y ella siguió con su altruista labor de satisfacer mi comezón.

-¿Te sientes mejor? 

Miharu rascaba pero no me sentía del todo complacido, sin pensarlo me levanté la camisa y le expuse mi espalda.Escuché ruidos por ahí, pero los ignoré porque estaba como loco.

- Por favor Miharu hazlo ya- Dije en un pequeño alarido

- Vaya senpai, está usted muy desesperado.

-Desde hace rato he querido hacerlo, pero no me alcanzaba.

Nos empezamos a reír mientras Miharu rascaba a flor de piel y lo que sentí fue un alivio

-Aaaah Miharu, siii

Estaba complacido cuando sentí sus dedos, porque ese rincón de mi espalda realmente es inaccesible para mí. Las uñas largas de mi compañera me estaban dando paz

¿Alguna vez te ha pasado? ¿Has sentido ese alivio al rascarte?

Estábamos ahí en ese anexo cuando sentí la presencia de alguien, pero yo seguía disfrutando de aquel roce...

-Ah Miharu sigue, no pares. Ahora un poquito más fuerte, ¡sí! auch, más arriba ¿Puedes?

-Por supuesto, ¿Aquí? – Sentí que se entregó totalmente en la labor - ...si me lo permite, con todo respeto, tiene usted una piel muy bonita.

Nos detuvimos al acto, senpai estaba en la puerta con una mirada amenazadora.

-¿QUÉ DEMONIOS ESTÁ PASANDO AQUÍ?

Está seriamente enojado, no entiendo la razón, no estamos haciendo nada malo, solo me están rascando la espalda. Realmente no entiendo, quizá se agotó en la reunión.

¡Diablos! Esto no se ve bien. Pero no hice nada malo.

Eso creo...

Miss Book

 Gracias totales 

Los leo, siempre.

No es lo que pareceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora