Kusari no Naruto

Capítulo 3: Tercer enlace

Yo no ... no tengo N-Naruto, ¿de acuerdo? 

Kusari no Naruto

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Naruto sonrió como un tiburón mientras retrocedía sobre un pequeño campo de entrenamiento, cadenas que salían de su cuerpo para desviar las cuchilladas de su oponente. Algunos dispararon contra el suelo, lo anclaron y le permitieron usar el nuevo apalancamiento para caer repentinamente hacia la tierra. En los últimos meses, había refinado el uso de su cadena a una segunda naturaleza. No importa cuántas producía, seguían sintiéndose como extensiones de su cuerpo, mil brazos y piernas flacos. Ayudó que, cada vez que los usaba, había una extraña sensación de familiaridad que nunca podría ubicar; era como si los hubiera estado usando durante años.

Había sido un entrenamiento continuo para él entre sus compañeros de equipo, ya que rápidamente lo llevaron a un nivel adecuado para las misiones que tomarían. En su mayoría eso involucraba entrenamiento de resistencia, fuerza y ​​velocidad; sin embargo, jugando a su fuerza también pasaron una gran cantidad de tiempo trabajando con sus cadenas. Rápidamente había descubierto que los constructos de Chakra eran casi infinitos en su versatilidad y que aún estaba trabajando para expandir lo que sabía sobre ellos. Pasaría horas engrosándolos, afilándolos, haciéndolos tan delgados como podía y viendo cuánto tiempo podría hacer uno antes de sucumbir al puro cansancio de Chakra. ¿La respuesta? Muy, muy largo.

Él tenía mucho Chakra.

Sin embargo, en ese sentido, su abundancia de la energía fundamental del shinobi también resultó ser una molestia, ya que un factor importante para cada operativo de ANBU era el sigilo. En este momento, Naruto era un faro literal para cualquier sensor potencial; sus así llamados camaradas en el otro podrían haber suprimido su Chakra por lo que parecía ser nada más que un civil. Cuando preguntó por qué no lo suprimieron por completo, le dijeron que un punto sin chakra era tan sospechoso para un sensor como uno con abundancia. Así que otra gran parte de su entrenamiento fue lograr que redujera sus niveles de Chakra, o al menos su apariencia, a niveles menos deslumbrantes.

Él se lanzó hacia atrás, su cuerpo girando y haciendo que sus cadenas giraran a su alrededor. Donde hace unos meses se habrían agitado al azar, ahora se movían en sincronía con su cuerpo, creando un efecto delgado como un zumbido. Hubo un crujido de metal chocando y de repente Naruto fue tirado a un lado cuando sus cadenas se enredaron alrededor de la Naginata que su compañero de entrenamiento había producido. Sus ojos se entrecerraron mientras el esquivaba hacia atrás, creando dos cadenas que simplemente se posaban en la palma de sus manos como kunai para poder continuar batiendo la espada de su atacante mientras sus cadenas se movían para desenredarse.

Una desventaja importante que había encontrado en sus cadenas era que estaban enormemente drenando chakras, aunque no en el sentido convencional. Cuando estaban fuera de su cuerpo solo irradiaban, o se filtraban, una pequeña cantidad de Chakra, y a medida que su control mejoraba esa cantidad disminuía. La mayor parte del tiempo podía retractarse y no sentir el más mínimo cambio en sus reservas. Sin embargo, si tuviera incluso una sección de las densas cadenas cortadas de él por completo, o las disipara con fuerza, sentiría la caída masiva de sus reservas casi instantáneamente. No era a menudo un problema ya que las cadenas en sí eran difíciles, pero eso nunca pareció detener a su entrenador de Kenjutsu.

Nezumi era el más enigmático de sus nuevos compañeros de escuadrón; Saru era un misterio, pero solo porque decía cosas extrañas y sabias todo el tiempo. Naruto tuvo suerte si escuchaba a Nezumi decir más de una oración en un día. Por otro lado, su habilidad con las armas era innegable; incluso una cuchara de madera común se convirtió en una herramienta mortal en sus manos. Ella favoreció la katana larga y simple que siempre llevaba, aunque Naruto no podía entender por qué. La hoja era dolorosamente simple, con un simple lienzo enrollado alrededor de la empuñadura y ni siquiera una tsuba como decoración. Por otra parte, era más largo que él era alto y Nezumi podía balancearlo más rápido de lo que él podría seguir si ella quisiera, entonces ¿quién era él para quejarse?