¿En Londres solo hay tíos buenos?

Capítulo 1.

Punto de vista de Marta

Baje del avión que me había llevado de mi ciudad natal a Londres, mi gran y precioso destino. Cogí mis maletas y salí de aquel gradisímo aeropuerto, pedí un taxi que me llevará al centro de la ciudad, donde estaba mi futuro apartamento, conecte mis auriculares y grupos como The 1975 y 5SoS me acompañaron durante el trayecto.
Me baje de aquel taxi y busque el número 10 en la calle de Oxford, estuve como 1 hora, decidí preguntar le a un chico que estaba de espaldas a mi, era rubio y de estatura media, no puedo describir le mas ya que estaba de espaldas a mi.

-Perdona, ¿sabes donde esta el numero 10 de Oxford?- Le pregunte y este se dio la vuelta mostrándome a un digno modelo de Hugo Boss.
-Si, ¿mira ves la panadería que hay justo ahí? Pues el edificio de al lado es el número 10.- Me contesto sonriente.
Menuda sonrisa tenia, ahora si lo podía describir, tenia los ojos azules y una sonrisa perfecta, no estaba nada pero que nada mal.
-Vale, muchas gracias- Le respondí devolviéndole la sonrisa y algo nerviosa.
Camine hasta la panadería y allí pude ver el edificio número diez, era el típico británico con el que siempre había soñado.
Entre a lo que iba a ser mi nuevo hogar, era todo blanco con algún mueble gris o dorado, con una gran chimenea en el centro del salón, había dos cuartos de baño y dos habitaciones.
Me tiré en el sofá, mañana tendría un largo día por delante, era el primer día de clases, no haríamos mas que escuchar las presentaciones de los profesores y apuntar alguna que otra cosa, pero yo estaba bastante nerviosa, mis ojos comenzaron a cerrarse cuando:
-1,2,3...Baby you light up my world like nobody else...
Maldito vecino, ¡Que hace a las 12 de la noche cantando!- Me dije indignada.
Menos mal que no me había acordado de ponerme el pijama, salí y toque el timbre de la casa que estaba al lado de la mía, las únicas del ático. La puerta se abrió y salio un chico con el cabello rizado y marrón, alto y con unos ojazos verdes que resaltaban de una forma muy favorecedora.
Aquí solo hay tíos que parecen sacados de catálogos de hollister o qué- Me dije para mi misma, si alguien se entera de la cantidad de veces que hablo sola me llevaría a un psicólogo.
-Hola- Dijo aquel tipo sacándome de mis pensamientos.
-Mira, podrías hacer menos ruido, son ya las 12.
- Hola soy Harry, tu eres la nueva vecina no?- Me contesto el, pasando olímpicamente de lo que yo le había dicho.
- Si, yo soy Marta, la nueva, pero por favor haz menos ruido o llamare a las policía, ¿entiendes?-Le conteste fríamente pasándome las manos por mi larga cabellera rubia.
Justo cuando el iba a responderme,seguramente de una forma muy borde, aparecieron cuatro chicos mas de detrás de la puerta.

-Chicos, ella es Marta, es mi nueva vecina, Marta ellos son Zayn, Louis, Liam y Niall. Ellos no viven aquí pero se pasan la mayoría del tiempo aquí,así que si, viven aquí-Dijo Harry.
Me fije uno a uno, a decir verdad eran todos guapísimos.
-Lo sentimos mucho si te hemos molestado, ya no haremos mas ruido-Dijo el tal Liam, creo que era el.
-Ya, eso espero.
-¿Quieres pasar?-Preguntó Niall con la misma sonrisa que cuando me había conducido hasta aquí hace un par de horas.
-No gracias, no sé vosotros, pero yo mañana empiezo la universidad.-Conteste yo siendo quizás un poco borde.
-Sí, nosotros también.-Contesto Liam de nuevo mostrando una sonrisa cálida y protectora, cualquier chica se derretiría al verla.
-Bueno pues ya nos veremos-dije yo al tiempo que me giraba para entrar de nuevo en mi apartamento.
-Adiós, buenas noches.-Dijeron los cinco al unísono como si solo fueran uno.
Entre de nuevo en mi casa y esta vez me tumbe en la cama, cerré los ojos y a los poco minutos me quede durmiendo al escuchar una canción suave que cantaban mis vecinos.