54. Pronto

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La sensación de cansancio tras un día tan emocional como aquel se apoderaba cada vez más de mi cuerpo, provocando que soltara un gran bostezo y que mis ojos comenzaran a cerrarse involuntariamente. Estiré mis brazos hacia arriba, asegurándome de no golpear a Gemma, quien estaba sentada a mi izquierda, o a Luke, que se había ubicado a mi derecha.

Habíamos elegido un lindo restaurante cerca del anfiteatro, después de haber estado esperando que todas las fans se esfumaran de las salidas, evitando así ser acosados o seguidos mientras caminábamos hacia ahí.

— ¿Ron? —habló Gemma, sacudiendo su mano delante de mis ojos para llamar mi atención—. ¿Qué ordenarás?

—Eh... —susurré volviendo a tomar el menú de la mesa, habiendo olvidado completamente lo que había decidido minutos atrás. No podía sacar la estúpida foto de mi mente, ni todos los comentarios (que incluían tantos insultos como cumplidos) que había leído a través de ojos llorosos—. Quiero... ir a casa.

Todos en la mesa hicieron silencio, mirándome sorprendidos. Los evité desviando la vista hacia abajo, jugando con mis dedos.

—Oh, bueno, vámonos. —Dijo algo decepcionada. Se levantó del asiento dispuesta a tomar su abrigo, pero la detuve por la muñeca.

—No, no, no. Tú quédate. Diviértete. Mañana me espera un largo día, ¡me gradúo! Sólo quiero irme a casa. Tomaré un taxi, ¿sí?

Asintió aún sin estar totalmente segura, sentándose devuelta. Le dediqué una sonrisa apologética y saludé a todos uno por uno, dando la vuelta a la mesa que habíamos elegido.

Salí del restaurante sin mirar atrás, sabiendo que sería incómodo hacerlo después de haberme marchado tan repentinamente.

Otra noche arruinada para Ronnie.

Le indiqué mi dirección al taxista y por el resto del trayecto me dediqué a escuchar las canciones de los 80 que sonaban en la radio, que me recordaron a una de mis películas favoritas, The breakfast club.

Mi celular comenzó a sonar sacándome del trance en que me encontraba. Antes de mirar de quién se trataba la llamada, rogué que no fuera Harry, no porque no quisiera hablarle, si no porque no sabría qué decirle.

— ¡Weasley! —Resonó en mi oído la aguda voz de Louis—. ¿Te olvidaste de mí?

—Créeme, lo intenté. Es difícil olvidarte —reí— ¿Cómo estás?

—Muy graciosa, Ronnie. Estoy bien... ¿Tú?

—Agh, estás llamando para controlarme. Tommo, estoy bien.

— ¡No estoy controlándote! ¿Dónde estás? ¿Con quién? ¿Comiste?

—Louis... —largué una carcajada y busqué mi billetera al ver que comenzaba a acercarme a mi casa. Él permaneció en silencio— ¿¡Quieres que conteste, verdad?! Agh, te odio. Estoy en un taxi, volviendo a casa. Sola. Y no, es lo que haré al llegar. ¿Feliz?

—Muy.

Reí inclinándome hacia el asiento del chofer, pagándole por el viaje. Continué hablando con Louis por lo que se sintió una eternidad, poniéndolo al día con mis cosas y él a mí con las suyas. Eran casi las doce de la noche cuando decidí que debía acostarme a dormir o de otra manera amanecería con enormes bolsas bajo mis ojos, y eso era lo último que quería el día de mi graduación, por lo que terminamos la llamada. En cuestión de segundos me quedé profundamente dormida con una sonrisa de oreja a oreja plasmada en mi rostro, expectante por el día que estaba por llegar y que tanto había esperado.

Salí del trabajo más apurada que de costumbre, teniendo que llegar a tiempo a casa de Louise para que hiciera mi peinado y maquillaje, junto con el de Meredith. Mamá me había informado vía mensaje de texto que ya estaba más que lista  —siendo apenas las tres de la tarde— y que no podía esperar para verme.

two worlds collide ➳ harry styles {terminada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora