Maylin se había quedado más de un cuarto de hora observando el rostro de su pareja desde la otra mitad de la cama, fijándose en cada marca o lunar que tenía.
De vez en cuando, le apartaba un par de mechones que caían sobre su frente con cuidado para que no se despertara, pero en una de esas el moreno empezó a abrir los ojos lentamente.
-Buenos días bella durmiente- dijo alegremente la culpable de que Kang estuviese despierto.
-¿Bella durmiente?- este se frotó los ojos y bostezó un par de veces antes de seguir hablando- Te recuerdo que ayer te despertaste a las tres de la tarde.
-Y no me arrepiento de nada- se defendió la chica, soltando una risilla al final de su frase.
-¿Llevas mucho despierta?- preguntó Kang, sentándose en la cama para desperezarse.
-Lo suficiente para contar que tienes exactamente treinta y seis pecas en ese careto tuyo -respondió su novia, orgullosa.
-Das miedo.
-Yo lo considero un acto tierno.
Maylin sonrió inocente mientras su compañero se refugiaba bajo las sábanas.
-Si crees que eso es tierno, no quiero saber cómo asustas a la gente.
-¡Pues...así!
La muchacha destapó y se abalanzó sobre el chico sin previo aviso y empezó a hacerle cosquillas sin piedad.
-¡May para porfavor que me acabo de levantar! -suplicó Kang entre risas.
-Vale vale- Maylin dejó en paz al menor y volvió a sonreír victoriosa.
-¿Te he dicho alguna vez que tus ojos son...
-¿Como el Jade más puro que haya en este mundo? Sí, alguna vez me lo has mencionado.
-Perdona- se disculpó el muchacho, soltando una risa incómoda y rascándose la nuca- ¿Estás cansada de eso?
-No, nunca me cansaré de nada de lo que digas.
Ambos se juntaron en un simple, tierno y corto beso, seguido de caricias y de miradas que decían todo sin decir absolutamente nada. Se podían entender perfectamente un par de "te quieros" unos cuántos "No te vayas porfavor" y algún que otro "Soy tan afortunadx por haberte conocido..."
Si tan sólo supieran que una de esas frases se haría realidad muy pronto...
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¡Viva el efecto mariposa!
De TodoImagina que pudieras ver de nuevo a una persona, una persona que ya no está entre nosotros. A la que echas mucho de menos y sin la que no puedes vivir. Ahora imagina que todos los días de tu vida fuesen el día de su muerte, ¿valdría la pena cambia...
