10 de Noviembre.

12 1 0
                                    


El cuarto olía a cigarro, por un segundo olvidé que habías dormido conmigo. 

La sensasión extraña me invadió, ¿cómo es que habíamos pasado de correr por la lluvia a acurrucarnos dentro mientras ella estaba afuera? ¿en qué momento empezamos a estar juntas?

Para ser honesta, jamás me lo pediste, ni yo a ti, tal vez dimos por hecho que nuestras acciones hablaban por sí mismas. 

Como la primera vez que tomaste de mi mano en el centro histórico, aunque esa es otra historia. 

Da igual, Malí, cada que me leas, quiero que recuerdes bien que tengo tatuado en mi mente el olor a canela que desprendes de tu cabello y que no hay día que no quisiera contar tus lunares de nuevo, tengo la corazonada de que te ha aparecido otro en el muslo, que ahora ya tienes el cinturón de Orión completo. 

Desde el rincón de mi carto la perspectiva es muy, cómo explicarlo, como si fuera una película, un libro o lo que sea, no parece real, no debería serlo, es, como directamente extraído de alguna película con escena en la penunmbra, creo que no me doy a entender, es como si estuvieras lista para una sesión fotográfica justo ahora. 

Las sábanas verde olivo están enredadas justo en las partes exactas de tu cuerpo, tu rostro está contra la almohada y los rizos te caen en cascada justo encima de la nariz, estás sonrojada y ronroneas contra el reflejo del sol en florero que está en la mesa de al lado. Luces, eres hermosa.

Entonces me entra el impulso de escribir en tu espalda, así que lo hago. Dejaste el otro día un lapicero de tinta dorada, creo que lo hiciste intencional, que fantaseaste con esto antes, podría jurarlo. 

Llego a tu lado y en tu espalda empiezo de a poco con mi pésima cursiva... 

mía

continuo cerca de tu hombro

NOLMQTA

claro que voy a unir los lunares que vea a mi paso

claro que voy a unir los lunares que vea a mi paso

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


y voy a oler tu cabello, voy a enterrarme cinco minutos en tu cuello, porque jamás sabré cuándo vas a irte.

Entonces voy a poner justo enmedio de tu espalda

te quiero

Justo ahí es donde despiertas o finges hacerlo, estoy segura de que solo has hecho el intento por no delatarte antes.

Me pasas la mano por el rostro y en tus labios se lee un 

yo también te quiero

Gracias por los besos dulces de esa mañana, me dejaste ponerle azúcar a tu café por primera vez en semanas. Juraste no tomarlo dulce de nuevo, decías que le quitaba lo hipster oler a café pero haberlo tomado con azúcar, como sino contara.

Creo que esto que te escribo priemero no tiene mucho sentido, solo quería decirte que cuando la noche sea lluviosa, deslízate entre mis sábanas, entra sin tocar, acurrúca mi rostro sobre tu pecho y canta esa canción italiana que no me gusta porque me produce llanto, pero es hermosa.

Quería recordarte que me gusta que me leas orgullo y prejuicio por décima vez antes de dormir, imitas muy bien al señor Darcy, ojalá me pueda sentir asi contigo siempre. 

Muero por firmar tus caderas, merecen una gran fotografía para ponerla en un marco en mi habitación, mereces que cada parte de tu cuerpo sea una fotografía. 

Me has hecho sentir, no sé si felicidad, pero si esto no lo es, es un sentimiento más fuerte que ella, pero más débil que el amor, porque yo no te amo, ni tú a mí; pero te deseo, te quiero, te extraño, te protejo, quiero verte y no soltarte.

Me gusta verte a los ojos y reflejarme en tu iris verde seco, me gusta besarte mientras aprietas mi mano, me gusta cómo cae mi cabello sobre tu hombro.

Justo en ese momento donde te giras y buscas el control del reproductor, solo para poner esas canciones cursis que solo tu entiendes; porque te gusta la música australiana y los boleros portugueses, justo ahí siento que estoy en casa, y es extraño sentirse en casa, pero no sentir amor.

Sino, más.

René.

Supongamos que fuimos reales.Where stories live. Discover now