Sinceridad (Segunda parte)

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La noche seguía su curso y las chicas más relajadas hablaban de cosas que tenían en común, cosas que ninguna imagino.

-¿Entonces también te gustan las flores? –Preguntó la morena con ojos brillosos de ilusión.

-Sí, jaja –Reía la colorada algo avergonzada y suelta por el vino. –No es algo que le digo a todas.

-A todas, mira vos, me olvidaba que hablo con una experta en seducción, buena jugada la de las violetas.

-Me siento orgullosa de mi determinación, pero aunque no lo creas, eres la primera a la que le regalo flores.

-¿Por qué? –Preguntó curiosa.

-Porque pienso que las flores solo se les da a las personas que de verdad te importan, son un gesto hermoso que se ha vuelto muy gastado por personas que no saben apreciar el arte de dar, de amar, de mostrar lo que uno siente.

-¿Por qué me diste flores? –En ese momento Jazmín se debatía entre ser sincera y arruinar todo de nuevo, o mentir y salir bien librada.

-Porque sabía que te gustaban las violetas y de verdad quería acostarme contigo, fue un acto de desesperación que ensucio mis principios. –Y eligió ser sincera.

-Vaya...

-Sí, perdón.

-Sinceridad me prometiste y me la estás dando, no te disculpes.

-Me disculpo por llegar a este lugar con el solo propósito de acostarme contigo.

-¿Qué cambió?

-Yo estoy cambiando... -La colorada se vio callada por los cálidos labios de de la Estrella, quién llevada por un impulso salvaje se lanzó a su boca. El beso fue lento, pero duro lo suficiente como para que ambas mujeres tuvieran que separarse y tomar aire.

-Yo también estoy cambiando.

Los besos siguieron y un juego de toqueteos las llevó a subir a la habitación de Flor.

-¿Queres que te sirva una copa? –Preguntó la morena descalza y algo despeinada.

-Si, por favor... -Jazmín solo la miraba extasiada, Florencia era una diosa, tan sensual que casi le dolía verla y no poder tocarla. Su boca se secaba al verla beber, al notar como una gota de vino bajaba por su barbilla y se perdía entre sus pechos. Se mordió el labio y tomo la almohada más cercana y la estrujo en su rostro dejando escapar un silencioso gemido, seguido por una risita, no podía entender todas las cosas que esa mujer le hacía sentir.

-¿Estás bien? Te noto algo colorada, bueno, más de lo normal.

-Sí, estoy bien. Tomó la copa entre sus dedos y tomo un sorbo grande, disfrutando el dulce sabor que corría por su garganta.

-¿Me puedo sentar con vos o es zona de peligro? –Pregunto de forma coqueta.

-Podes, no voy a intentar nada que no quieras... -Respondió con una sonrisa.

-¿Cómo te enamoraste de tu esposa?

-Buee... ¿Es obligatorio responder esto?

-Hagamos algo, vos me respondes y yo te doy un premio.

-Mmm ¿Qué tipo de premio?

Florencia volvió a besarla de forma intensa, mordiendo su labio inferior.

-De este tipo... -La mirada encendida de Jazmín demostraba que sin dudar aceptaría el trato.

-Para contarte como me enamoré de Elena, tendría que contarte como ella se enamoró de mí.

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⏰ Última actualización: Dec 02, 2021 ⏰

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