Dieciocho

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Después de ese par de besos en la cocina, la rubia subió a la habitación y vio a Milena durmiendo tiernamente con el control de la televisión en su mano.

Esa mujercita era el motor de su vida y lo más lindo que podían haber hecho con el chico que la había estado besando unos minutos antes.

Se acercó sin hacer mucho ruido y le sacó el dispositivo de las manos a su hija, para después apagar el televisor y taparla bien con una manta.

- Yo tambien tengo sueño - dijo Mauro mientras se acercaba a la punta de la cama, ya que había ingresado en la pieza

- Ni se te ocurra dormirte acá boludo - lo retó

Paz hablo demasiado tarde, porque el chico con tatuajes debajo de sus ojos ya había tirado sus Nike Air Force en algún lado de la habitación y se había acostado junto a la pequeña.

La abrazo, dejó un beso en la frente de la misma y cerró sus ojos para tratar de descansar.

Era en vano que ella intente sacarlo de ahí porque sabía que Duki cuando estaba cansado dormía como una morsa, por lo que decidió no preocuparse y acostarse ella también.

Total unas horas más de sueño no venían nada mal.

La mamá de la adolescente cuando llegó a su casa después del trabajo se sorprendió al no sentir gritos ni ruidos provenientes de su única nieta.

Preocupada, fue hasta la habitación de Paz y en su cara se formó una sonrisa al ver a los tres durmiendo juntos. Padre, madre e hija. La familia.

Solo le pedia al universo que Mauro nunca más la lastime.

Little | DukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora