Dieciseis

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Tiempo después, Mauro llego con Milena a upa y no le agrado mucho ver a Ignacio en la casa. Aún así no dijo nada al respecto y se dedicó a mirar a Paz.

Que linda era. Su pelo rubio, sus ojos que transmitían todo, la sonrisa que surgía al ver a su hija, todo en ella resaltaba la hermosura que cargaba.

Como lamentaba haberla cagado así.

- Yo me voy a ir - dijo Ecko después de unos minutos de que el trapero se había hecho presente

La chica le fue a abrir y, antes de que el joven se vaya, le dió un beso en los labios.

Solo esperaba que su hija no lo haya visto.

Cuando volvió a entrar a la vivienda, vió a su ex novio tirando en el sillón y contándole un cuento a su pequeña mientras que la misma cerraba cada vez más sus ojitos intentando dormirse.

- ¿Queres ir a ver dibujitos a la pieza Mile y si te dormís ya estas en tu camita? - le preguntó Paz

La nena asintió y salió caminando rumbo a la habitación.

La mamá primeriza caminó hasta a la cocina para prepararle algo de comer a su bebé, aunque ya no era tan bebe, pero igualmente seguía siendo su chiquita.

Mauro se apoyó en la puerta y miraba detenidamente cómo ella comenzaba a cocinar algo.

- Deja de mirarme, me pones nerviosa Mauro -

- Es que como te lo dije la otra vez y te lo vuelvo a repetir, estas muy linda - contestó Duki - Una suerte tiene el wachin del Ecko

- Vos la tuviste y no la supiste aprovechar -

- ¿La tuve o todavia la tengo? - soltó el trapero

Dios. Qué momento.

Little | DukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora