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incontenible, el castaño arremetió, abriendo la puerta de un portazo y buscando la fuente del ruido.
algo se movío a un lado de él, en un claro intento de atacarle. alistándose para defenderse, la tensión enrollándose en sus músculos y venas, jungkook lo...
—¡guau, guau!
y se quedó observando en su lugar.
—¡guau, guau!
—ahora mira lo que has hecho ¡lo despertaste y emocionaste! —caminando hacia la animada criatura que ladraba alegremente, lo envolvió en un abrazo y fue inmediatamente recompensado con grandes patas sobre él. yoongi se cayó de espaldas, oliendo y acariciando al perro.
jungkook continuó observando, estupefacto.
—¿de quién es este?
—tuyo.
su respuesta le tomó desprevenido —¿mío?
—es mi regalo para tu cumpleaños. estaba tratando de entrenarlo antes de dartelo. pero ahora has arruinado la sorpresa. de todas formas allí está el baño.
ignorando donde estaba señalando, y la forma en la que la camiseta se jalaba mientras el perro marrón lo acariciaba con el hocico, continúo interrogándolo.
—¿de quién es la camiseta que traes puesta?
—¿uh...?
—la camiseta. la que llevas puesta.
—¿esta cosa vieja? es de taehyung. la dejo aquí el mes pasado, la lavé y me la quedé.
huh.
—¿dónde estabas ayer en la noche, yoongi?
—salí con namjoon y hoseok.
—¿en un bar emborrachándote? ¿bailando con chicos?
yoongi frunció el ceño —¿qué? ¡no! tomé un poco pero no mucho... bueno, sí, tomé ¡pero no perdí el conocimiento!
—¿quién te h-
—dame un segundo —interrumpió yoongi —déjame darle algo para comer.
el perro ladró entusiasmadamente, meneando la cola y con brillo en sus pequeños ojos. cuando el animal se ocupó con su plato de comida, yoongi se volteó hacia jungkook y nivelado con él, lo miró de una extraña manera calculadora.
—siéntate.
jungkook frunció el ceño ¿sentarse? ¿como un perro? —yo no-
—¡siéntate! —ladró prácticamente, señalando su cama. el castaño se sentó abruptamente y esperó a que yoongi hablara.
se observaron unos segundos más antes de que el rubio dijera algo.
—entonces, ¿qué es lo que te pasa?
—hmm...
—no es hmm. ¿qué te pasa? ¿por qué actuas tan extraño? has estado así desde que entraste por la puerta.
casi lo corrige, diciendo que lleva así desde antes de entrar por la puerta.
—¿jungkookie? ¿qué te ocurre?
notando lo cerca de estaban sus labios de él, con ese aroma de café, cerró sus puños y concentró su mirada en algún lugar de su hombro.
—te acostaste con alguien anoche —espetó de repente.
—¿qué?
—unas chicas nos dijeron que te acostaste con alguien ayer.
—¿les dijeron?
silencio.
—nosotros... lo escuchamos de casualidad. —corrigió renuente.
silencio.
—¿estás... celoso?
—no —mentira —tae, jin y jimin me dijeron que te viniera a checar.
—que pudiste simplemente haber ignorado sabiendo lo posesivos que son.
atrapado.
persistentemente manteniendo su explicación, jungkook continuó observando directamente mientras sentía la cama hundirse a un lado de él, y desde el rabillo de su ojo, lo vio observar al frente también.
—estás celoso... —murmuró asombrado.
—yo...
—se cuando mientes, kookie. —comenzó —y anoche... no me acosté con nadie.
no hay palabra para describir el alivio que sintió al escuchar esa afirmación. estaba avergonzado, por lo que hizo un movimiento para levantarse e irse.
yoongi lo detuvo al poner una mano en su rodilla, subiéndola aún más.
los ojos de jungkook se ensancharon.
su corazón palpitó con fuerza.
—pero... —murmuró el rubio —no hay nada de malo en acostarse con alguien hoy. como... en este preciso instante.
las entrañas le ardieron.
volteando la cabeza, lo vió observándolo. encantadores ojos negros y lengua inconscientemente mordiendo su labio inferior.
la sangre que estaba rugiendo en su cabeza se desplazó a un lugar más abajo, pero jungkook se reprendió y trató de pensar con sentido común.
este era yoongi. yoongi.
tocarlo, incluso besarlo, significaba permanencia y compromiso. no sería algo de una vez.
quizás él se habia quedado callado por mucho tiempo porque el rubio quitó su mano y se paró abruptamente, con sus mejillas encendidas.
—em, perdona eso. estaba jugando, en serio. ya sabes como me pongo cuando tengo resaca y sueño. algunas veces creo que el café no es suficiente...
jungkook se dio cuenta de que no quería que fuera algo de una vez.
—y tú... simplemente p-puedes ignorar lo que dije y darle un vistazo al perro. n-no le he puesto nombre aún, pensaba en que tú se lo pusieras, en verdad es adorable y n-necesitas una compañía como él. te puedo enseñar como...
porque yoongi estaba balbuceando y daba indicios de irse, lo detuvo de la única forma que pensó en el momento. tomándolo y jalándolo del brazo, para después sentarle en su regazo de una forma poco elegante.
yoongi gritó por la sorpresa.
luego, contuvo el aire mientras una de las manos de jungkook se movía hacía su cintura, estabilizádolo antes de deslizarse por su cálido trasero.
la otra ya estaba enredada en su rubio cabello, acercándolo más a él.
—cállate —dijo rozando sus labios.
y luego lo beso.
media hora después el cachorrito ladró en la parte trasera, escondiéndose en el sofá mientras los gemidos de yoongi y jungkook se intensificaban.
