4 de Mayo.

Dos.

Navidad estaba cada vez más cerca. La casa de los chicos de BTS comenzaba a verse ligeramente adornada, en especial por petición de Hoseok, quien insistía en que debería haber más "alegría navideña" en el hogar.

Desde varios meses atrás habían estado trabajando en canciones para la temporada navideña y ya faltaban pocos días para que fuesen liberadas y todo el mundo pudiese al fin escucharlas.

-¿Te imaginas a los niños pequeños cantando estas canciones mientras decoran sus casas? - Una amplia sonrisa se dibujaba en el rostro de Hoseok mientras hablaba de ello con Yoongi, quien a pesar de no mostrar una actitud alegre la mayoría del tiempo, realmente estaba feliz en ese momento, y se le notaba. Sus dedos acariciaban suavemente un piano que se situaba justo en medio de la sala principal de la casa, mientras su delgado y alegre compañero bailaba por todo el lugar encargándose al mismo tiempo de toda la decoración.

- ¿En algún momento te quedarás quieto? - soltó con el mejor tono de voz que pudo, intentando no sonar grosero pero esperando que Hoseok le tomara en serio, pues a veces, el verle tan inquieto le sacaba un poco de quicio. Éste al escucharlo soltó una carcajada e hizo un baile extraño intentando provocar que su amigo se desesperara aún más, aunque lo que en realidad logró fue que él también riera mientras negaba moviendo lentamente su cabeza. Llevó sus manos hacia su regazo y fijó la mirada en las teclas del piano intentando ignorar al chico que no dejaba de bailar.

- ¿Piensas en ellos? - Al fin había dejado de bailar y, lentamente se acercaba a Yoongi para hablar con él tan seriamente como podría hacerlo. - ¿Crees que se habrán dado cuenta ya? - Parecía preocupado así que el bajito dirigió su mirada hacia él, para encontrarse con un Hoseok diferente al que había visto hace tan solo unos segundos.

- No lo sé. No lo creo.... - Intentó no sonar tan preocupado. No tenía por qué ¿cierto? [...] - Por cierto ¿dónde están? - sus cejas se arquearon un poco al hacer esa pregunta, cayendo en cuenta que, no había visto al resto de sus compañeros en todo el día. Pero en especial a ese par. Hoseok se encogió de hombros e inmediatamente sacó un celular del bolsillo de su pantalón.

J-Hope
Hey chicos, ¿dónde están?

V

Jin Hyung y yo estamos en el supermercado ¿pasa algo?

- Bueno, 2 de 5 ya sabemos donde están. - ambos chicos mostraban una expresión de intriga. Era raro que el líder del grupo no estuviese en el supermercado con los otros dos chicos, ya que le gustaba ir para asegurarse de que compraran solamente lo necesario. Esperaron un par de minutos a que alguno de los demás miembros contestara pero, no hubo respuesta alguna, lo cual era aún más extraño.

•••

-¡Ese movimiento ha sido alucinante!- El menor sonaba entusiasmado. No despegaba la vista del pequeño rubio quien se movía con gracia y delicadeza al ritmo de una suave canción. Tenía el espejo frente a él para verse a sí mismo y analizar sus movimientos, pero no podía evitar desviar la mirada hacia el chico que lo veía desde un sillón en el rincón de la habitación; su rostro mostraba una amplia sonrisa y sus ojos parecían iluminarse. Verle así le hacía feliz así que sonreía en amplio, aún moviéndose al compás de la música haciendo todo un show para su único espectador. La melodía terminaba y él tenía claro cuál sería su paso final; se acercó al lugar donde estaba el castaño, dio un giro y terminó de rodillas frente a él, mirándolo fijamente ofreciéndole la más amplia y sincera de sus sonrisas. El menor aplaudió inmediatamente, pero no fueron los únicos aplausos que se escucharon. Junto a la puerta de la habitación se encontraba Namjoon, quien había visto gran parte de aquella coreografía y apreciaba el talento de su amigo así que aplaudía alegremente. Al escucharle, ambos chicos lo miraron pero, el rubio se levantó en seguida, asustado como si fuese su madre quien le descubría en plena travesura.

-¡Hyung! No... no sabía que estabas ahí. - Soltó en seguida, ligeramente nervioso.

- Lo siento, no quería interrumpir. - Se disculpó sinceramente y aclaró su garganta mientras se erguía sobre sí. -Tengo que hablar con ambos. - habló seriamente sin despegar la mirada de ambos, quienes ya se encontraban en el sillón el uno al lado del otro. Sacó su teléfono, en él había una fotografía de ambos, reconocieron al instante el momento en el que capturaron esa imagen de ellos y se miraron por un instante. Estaban tomados de la mano justo después de su presentación.

-Han empezado a sacar conclusiones de ambos. - Musitó el mayor con un poco de pena en su voz. - Están... están diciendo que ustedes son... pareja o, algo parecido. - Se sentía incómodo hablando al respecto y no podía ocultarlo. Dicho aquello guardó su teléfono en el bolsillo y bajó la mirada hacia sus manos sobre su regazo, esperando a que alguno de los dos chicos dijese algo.

-Somos muy buenos amigos. - Después de un largo momento, habló el menor. Sonaba muy seguro pero, evitaba a toda costa mirar directamente a alguno de ellos. En su lugar, miraba a cualquier otra parte mientras sus manos se movían inquietamente. - ¿Hay algo de malo en ello? - ahora sí sonaba un poco preocupado.

- ¡Claro que no! Solo que... algunos de nuestros seguidores no están felices con la idea... ya saben... porque los dos... son chicos. - Ninguno de los tres había estado en situación más incómoda que en esa. Querían acabar con el tema en cuanto antes. Jungkook ya había aclarado la situación así que, Namjoon se disponía a ponerse de pie y despedirse de ellos sin más, pues quería huir de la situación en cuanto antes.

Ya había salido de la habitación y el menor se dio cuenta de que, el chico a su lado no había dicho palabra alguna o hecho si quiera algún movimiento. Se mantenía rígido y con expresión vacía.

- ¿Te preocupa? - Hizo que el rubio despertara de sus pensamientos pero seguía sin hablar. - Jimin, nuestra amistad es... increíble, no debemos dejar que la opinión de los demás interfiera en ello, tú, eres de los mejores amigos que he tenido y, soy muy feliz cuando estoy contigo... - Hablaba (rápido por los nervios) intentando calmar a su amigo, pero no sabía que cada palabra dicha era como darle un golpe fuerte en el alma.

Después de un momento, Jimin respiró profundamente y colocó una sonrisa en su rostro para girarse y mirar a su amigo, intentando calmarlo. -Jungkokie... no tienes por qué preocuparte ¿si? - Su voz sonaba tranquila. Incluso podía parecer feliz. No esperó respuesta del menor y se levantó del sillón para salir cuanto antes de la habitación sin siquiera despedirse.

-Jeon Jungkook, ¿cuándo vas a aprender? - Se dijo a sí mismo mientras recargaba su cabeza hacia atrás dirigiendo su mirada al techo pero cerrando los ojos. - No puedes seguir arruinando tus amistades, vas a terminar solo y amargado - Sus manos iban hacia sus ojos para apretar sus párpados un poco, intentando impedirse a sí mismo que las lágrimas salieran. Sentía ya haber vivido esa situación anteriormente. Al principio creía que era normal tenerle tanto cariño a sus amigos, y, demostrarlo además, pero con el tiempo y tras tanta opinión de los demás, se dio cuenta de que no era solo cariño. Peor aún, no eran para él, simples amigos.

Al pensar concretamente en ello, no pudo evitar que las lágrimas salieran de sus ojos. Eso que sentía estaba mal. No podía sentirse así. Era lo que todo el mundo decía...