Tres.

25 8 1
                                    

Las canciones navideñas ya han sido publicadas y falta poco para tal festividad pero, en casa el ambiente no es para nada festivo. Aunque cinco de los siete chicos intentan siempre mantener la alegría en el lugar, no pueden evitar sentirse incómodos al notar que dos de ellos no se miran, no se hablan... no tienen la misma relación que antes.

En una de las habitaciones, un pequeño y castaño chico de grandes manos, escribe sobre un cuaderno especial, aquél en el que guarda sus memorias, sus pensamientos e inclusive a veces, se plasman ahí los borradores de sus canciones. Está tan concentrado en lo que hace que no ha notado aún la presencia del menor del grupo hasta que este tose a propósito. - ¿Hyung? ¿Estás ocupado? - se le escucha temeroso. Taehyung de inmediato levanta la vista para verle directamente y así poder analizar su rostro. Niega moviendo lentamente la cabeza mientras le ofrece una sincera sonrisa y con un ademán le invita a sentarse a su lado, el menor inmediatamente acepta y se acerca lo suficiente para tener una breve visión de lo que su compañero estaba escribiendo. 

-¿Hay algo de lo que quieras hablar, Jungkookie? - Su grave voz impone, sin duda alguna, algunas personas a veces consideran que es atemorizante, pero al castaño de grandes ojos le provoca algo totalmente diferente. Al escucharle, respira profundamente sintiendo como sus pulmones logran llenarse de aire y, baja la mirada hacia sus dedos que nerviosamente se mueven en su regazo. No sabía qué decir, o mejor dicho, cómo decir lo que había estado pensando desde días atrás, no sabía si quiera si quería decirlo en voz alta... comenzaba a dudar sobre qué era lo que realmente buscaba al ir en busca de su compañero. Quizá solo quería compañía. Quizá solo quería sentirse cerca de alguien que quiere y lo quiere, porque sabe que Taehyung lo quiere. Lo ha demostrado muchas veces.

Mientras pensaba en ello, sus dientes capturaban su labio inferior para morderlo de manera suave pero con ansiedad que no podía ocultar. - ¿Sabes? Estoy intentando escribir una nueva canción. - Después de un largo silencio, el mayor decidió hablar de cualquier otro tema, ya que notaba la incomodidad de su amigo así que trataría de al menos hacerle pensar en otra cosa. 

- ¿De qué trata? ¿Puedo leer? - preguntó el menor mientras levantaba de a poco la mirada, ofreciéndole una triste pero curiosa mirada a su compañero, quien se enternecía por ello. Sabía que estaba triste pero, sus ojos siempre le causaban aquella sensación de ternura. Sin responderle, acercó su cuaderno al menor, quien inmediatamente empezó a leer cuidadosamente. -Es... maravillosa. - Un nudo se había formado en su garganta. Más que una canción, parecía una historia triste. Romántica, pero triste. Sin embargo, era estupenda, no dudaba nunca del talento del otro, quien al escucharle decir aquello le ofreció una amplia sonrisa llena de orgullo y emoción que, disminuyó su tamaño al notar que el menor seguía triste, incluso aún más que antes. 

•••

Corría el año 2010. El día del niño estaba cerca y todos parecían felices, pero en especial un pequeño niño de la familia Jeon, no era el recibir un regalo lo que le hacía tan feliz, sino que, siempre en esa fecha recibía una visita especial; a su casa asistía el siempre sonriente niño de la familia Park. Era un poco mayor que él así que en aquél año, ya no era un niño. Ninguno de los dos lo era. Pero seguían visitándose siempre para esa fecha, como una especie de tradición. Durante el resto del año no se veían nunca, no hablaban, no sabían nada el uno del otro pero siempre los primeros días de mayo la pasaban juntos, jugando, charlando, bailando y cantando, hablando de lo que cada uno soñaba para su futuro. Ambos estaban de acuerdo en que no se quedarían en Busan, quizá algunos años en el futuro se irían a Seúl, donde sus sueños "se harían realidad" decían entre risas. Poco tiempo después, ambos estaban ya trabajando en sus sueños. En sus carreras. En lo que no sabían, sería su definitivo futuro. 

La amistad entre ambos siempre fue fuerte, aunque no se viesen todos los días, existía el cariño por ambas partes y era imposible no verlo. Todo pintaba para que sería esa, una amistad larga y fuerte, que nada, ni si quiera las opiniones de los demás, lograría romper. Al menos, así parecía.

••• 

- Él no sabe que me ha lastimado... aquella vez, le dije que no tenía de qué preocuparse.-

-¿Y le volviste a hablar? 

-No... 

El invierno era frío, pero eso no impedía que Jimin se encontrase con su amiga Song, como cada miércoles lo hacían. Él confiaba plenamente en ella, no había cosa que ella no supiese, y sabía que ella jamás lo juzgaría sin importar de qué se tratase, así que no dudó en contarle sobre su pequeño amigo... amigo. El parque en el que estaban parecía casi abandonado, pues claro, los niños no suelen salir a jugar cuando hace tanto frío, seguramente prefieren quedarse en casa tomando alguna bebida caliente y viendo dibujos animados, pero ellos lo soportaban, porque era ese suparque favorito, donde siempre se veían, donde siempre hablaban, donde bailaban sin miedo a que alguien los tratara de locos por hacerlo. Donde soltaban sus más oscuros secretos y todo quedaba ahí, en la misma banca de siempre, en las hojas de los árboles cercanos y en los juegos infantiles frente a ellos. Normalmente pasaban el rato riéndose, hablando sobre la semana que habían tenido... pero ese miércoles, Jimin no reía, ni si quiera sonreía. Habían pasado ya varias semanas desde que Jungkook había dejado claro que eran amigos, solamente amigos, y aunque él intentaba hacer que eso no le doliese, no podía. Definitivamente dolía. 

-¿Por qué no se lo dices? Tampoco es que sea un secreto. Tu madre lo sabe, yo lo sé, ¿qué de malo tendría decirle a uno de tus mejores amigos que eres gay? - Dijo la delgada chica sonando segura de lo que decía, pues realmente le sonaba como la mejor de las ideas, pero al instante el chico volteó a verla brindándole una expresión de completo miedo. 

-¿Estás loca? Cuando Namjoon ha dicho lo que nuestros seguidores creen, él inmediatamente dijo que somos amigos, solamente amigos. Lo somos, eso lo sé, pero ¿en serio él no se da cuenta de que quiero algo más? Que siempre lo he querido. Estoy seguro de que lo sabe, pero lo ignora porque no quiere nada conmigo, Song, nada. - Al principio sonaba asustado, hablaba rápidamente debido a su nerviosismo y ese acento de Busan que aún conservaba salió aún más a relucir, pero con forme hablaba más, hacía pausas, inseguro, pero sobre todo entristecido por la situación. Realmente no le preocupaba ser rechazado románticamente por Jungkook, podría superar el hecho de no ser correspondido, mas no podría siquiera pensar que nada pasaría entre ellos porque el menor era como casi todos los demás. Que juzgaría sus gustos, que se alejaría de él y no solo perdería a la persona que tanto amaba, sino, a uno de los mejores amigos que la vida le había dado. Pensando en ello, se le revolvía el estómago y sentía no controlar sus emociones. 

- Jimin... no creo que eso pase, sinceramente. Lo conoces de ¿qué? ¿toda tu vida? Ni siquiera como amigo es justo que guardes un secreto así, no por él sino por ti, ¿no sientes algo de ansiedad, como... por liberación o algo parecido? - Era claro que ella no entendía, ¿cómo podía hacerlo? Si no vivía en tal situación. - Además, no ha sido difícil contarmelo a mí ¿o sí? 

- Es diferente. No quiero ofenderte, Song, pero tú no me gustas en lo absoluto. - Al fin sonreía al decir eso, al fin su rostro mostraba un poco de alegría al menos por unos instantes. - Y desde que te conocí sabía que no eres para nada como los demás. Tú no juzgas. 

-¿Y Jungkook sí? ¿Tus compañeros de grupo sí? 

Touché. 

4 de Mayo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora