2) De Santiago a Barcelona

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Saben eso que dicen 'llegué con una mano delante y otra detrás'? Pues eso mismo le pasó a Oscar y su familia. Con una maleta tamaño mini y de un color rojo pasión, los tres pasajeros se pusieron a bordo para embarcar dirección Barcelona donde suponen que sus vidas van a cambiar. Oscar, se mordía las uñas, sus manos le temblaban y sus ojos no paraban de pestañear y el motivo no era otro tan sencillo como que era la primera vez que experimentaba lo que era volar en un avión. Una ansiedad totalmente normal.

A continuación, cuando estaban a punto de embarcar, se acerca un hombre con una barba muy larga y un bigote de lado a lado bien espeso con unas gafas redondas y un traje negro con corbata. La verdad es que parecía sacado de una serie de televisión. Ese mismo hombre miró a Oscar con cara tierna y le tocó la nuca de una forma bien cariñosa, algo que calmó a Oscar antes del vuelo que estaba a punto de producirse. Un vuelo largo de más de 15 horas, un vuelo largo hacia un lugar especial, turístico y diferente, un lugar donde podrán vestirse desde los pies gracias al trabajo de Juan.

El vuelo a punto de comenzar, Oscar sentado junto a sus padres y junto a la ventana mirando con nostalgia la pista del aeropuerto, lugar que en ese momento sabia que posiblemente no volvería en mucho tiempo y que a pesar de esa pobreza dejaba una vida y unas costumbres atrás para empezar algo totalmente diferente.

A continuación, Juan miró a Oscar, le acarició la nuca y le dijo:

-Oscar, hay que atarse el cinturón que vienen curvas. Nuestra vida va a cambiar en cuestión de minutos, piensa que en el momento que este avión despegue dejamos la pobreza en un lado para ser gente con dinero, eso si, por mucho peso que tengamos, recuerda siempre de donde vienes.

Eso que le decía su padre le llegaba hasta lo más hondo de sus oídos y emocionaba al pequeño Oscar que asentía con la cabeza las mágicas palabras que su padre pronunciaba.

El avión despegó y Oscar en cuestión de 10 minutos se quedó dormido junto a su peluche. Isabel, aprovechando ese medio-silencio del avión durante la noche, y se dice medio-silencio porque el señor de al lado roncaba como un gorrino de granja, se puso a hablar en voz baja con Juan y le dijo:

- Oye mi amor, estas seguro de que nuestro hijo estará bien allí?

Mientras él asentía con la cabeza lo que ella decía, contestó:

- Oscar tiene un carácter que hará que se lleve bien con el resto de niños y niñas, ya lo verás, en dos días los tiene en la que será nuestra nueva casa.

Dice Juan mientras sostiene el 'librito' donde sale la casa donde se van a alojar en la zona norte de Barcelona. Isabel, mira los labios a Juan y levanta la vista a sus ojos, los dos se besan de una manera muy pasional, como si no hubiese un mañana, fruto de la fuerza y unión familiar.

15 horas más tarde y con el cansancio del viaje están a punto de aterrizar en el aeroport del Prat de Barcelona, con la atenta mirada hacia el mar que se veía de lejos y toda la zona metropolitana junto con el resto de ciudades que compone la comarca. El rostro de Oscar tocando el cristal de la ventana y deslumbrándole el sol, era el de un niño con ganas de saborear una libertad que no tenía en su antigua y triste vida.

Finalmente, aterrizan y cuando están saliendo de la terminal del aeropuerto junto al taxi que les estaba esperando mira Juan hacia arriba y dice:

- Gracias dios por darme esta oportunidad.

Oscar mira a Isabel y le pregunta con cara extrañada:

- Que hace papá? por que habla solo?

A lo que Isabel con sonrisa inocente y ojos de enamorada de su hijo, le mira y dice:

- hablar con dios hijo, darle las gracias por llegar sanos y empezar una nueva etapa.

Oscar, sonrió y miró a su padre, dirigió los ojos al cielo y exclamó:

- Gracias dios!!!

Los tres se sonríen, cogen su 'maletita' roja y se meten en el taxi.

Finalmente, cal decir que una nueva vida les espera... Posiblemente no todo está bien, tendremos que ver como continua.

EL VALIENTE OSCARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora