INICIO: Principito.

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—¡¿Qué te he dicho?! 

Un grito. Otro golpe en su quijada. Siente como se instala el sabor metálico de la sangre en su boca. Su estómago cosquillea y sube la bilis por su garganta, dándole a entender que lo que ha comido quiere ser expulsado. 

—Si sales de casa, no hablas con nadie. —Habla con voz dura.

El mayor de ambos hombres suspira y frunce su ceño, la rabia y celos lo están consumiendo.

El hombre castaño oscuro lo toma por el cuello de su camisa, teniendo una rodilla en el frío piso para sostenerse, el golpeado pelinegro abre su boca en busca de aire, mientras que con todas sus fuerzas retiene las arcadas. 

—No me jodas más, manzanita. —Dice con falda dulzura.

Y Harry, ha empezado a caer otra vez en su engaño, disfrutando del mote cariñoso que hace mucho no escuchaba de la boca de su prometido.

Theodore acaricia su rostro con calma, alza su mano y con fuerza estrella su palma en la mejilla derecha del contrario. —Sabes que te amo, Cariño. —El mayor limpia una gota salada que resbala por el tierno rostro del chico, quien yace moribundo debajo de él, le regala un beso en su frente de forma fugaz. Y Harry sonríe.   

Y-Yo también te a-amo, Theo —Sus ojos verdes brillan mientras pronuncia esas palabras, se escapa un poco más de sangre de su boca. Ese hilo de líquido escarlata que resbala por su mentón y pasa por su cuello, se pierde en su camisa blanca, delatando su amor ferviente por el chico que ama, un amor en llamas que poco a poco se está incinerando, tal cual madera ardiente en el fuego. — L-Lo siento. No volverá a pasar

El castaño lo ve despectivamente, y una sonrisa arrogante sale a relucir, para el pelinegro es una sonrisa dedicada a él llena de amor.

Quién viera la situación sabría que Nott no ama a Potter, pero está obsesionado, y esa obsesión no dejará ir a Harry tan fácilmente.  

Cuando escucha lo que quería, suelta al azabache, dejando que su cabeza se golpee, viendo estrellas durante unos segundos. El menor dobla su cuerpo hacia un lado, deja que su sangre y saliva salgan de su boca para evitar ahogarse.

En cambio, en indiferente al dolor ajeno, el mayor se ha puesto de pie, totalmente erguido, viendo desde arriba al pequeño que busca desesperadamente aire para respirar correctamente. 

Theodore da media vuelta y sale de la casa, se despide con un fuerte azote a la puerta principal.

Harry se levanta despacio, quejándose en voz baja por el dolor en sus costillas, se sienta sobre sus rodillas. Envuelto en el silencio.

—Hace tiempo no decía que me amaba. —El pequeño sonríe con ilusión, creyendo ciegamente que su prometido no ha dejado de amarlo como lo había pensado. —Mejor limpio eso, no le gustará. —Murmura sabiendo que ya nadie lo acompaña en esa solitaria casa, alza su mano derecha y con su muñeca se limpia sus labios que ya han perdido el color que los caracterizaba, que se encuentran agrietados.  

Había una vez un hermoso principito, que un  monstruo en piel de rey mantenía a su merced. 

¡Oh, pobre principito! Que creía amar a ese impostor.

AMANTE [Tomarry]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora