Bulmyeon ❃ Yoonmin

Capítulo 3

Tapar los moretones que tenía en su cuerpo no era una cosa tan sencilla; una blusa de manga larga, algo de iluminador y un gorro apenas y podían disimular la presencia de los círculos que se empezaban a tornar de color violeta.

Namjoon no estaba en casa, había salido desde muy temprano, muy probablemente a emborracharse junto a sus amigos en una de las muchas barras de bebidas que había cerca. Ni siquiera lo había despedido o dedicado un buen día, no es cómo si lo hubiera hecho los últimos trescientos sesenta días, pero aún mantenía la esperanza, una muy interna, de que su novio le pidiera perdón y volviera a ser la persona que conoció en un principio, no el mounstro que ahora era.

Salió del apartamento y bajó rápidamente para ir al trabajo, de lo contrario, su jefe lo despediría y no quería enfrentarse al enojo de Namjoon. Jimin era el único sustento de la casa, porque el mayor había dejado de trabajar, dejado sus estudios truncos y sólo dependía de Jimin para solventar sus gastos.

Tomó el autobús y bajó a unas cuadras antes de la empresa de entretenimiento en donde era asistente de un directivo. Lo único que tenía que hacer era moverse para recoger papeleo, servir café y entregar reportes a una de las secretarias. Y eso era lo que hacía, de las nueve de la mañana hasta las nueve de la noche, que era cuando se marchaba de la misma manera hasta su casa, a esperar a que un nuevo golpe no lo tomara por sorpresa.

El edificio tenía varias oficinas y se tenía que pasar por cada una de ellas para subir hasta la planta principal, dónde el jefe se paseaba para esperar la agenda que había programado de manos de Jimin. A veces, se acercaba a uno de los cubículos para conversar con Seokjin​, un contador.

— ¡Hey Jimin! — le llamó — me llegaron unos catálogos que...

— Hola Jin hyung, voy retrasado — se disculpó, mientras caminaba — luego hablamos.

— ¿Quién te hizo esto? — lo sostuvo del hombro, dónde tenía un golpe, hizo una mueca por el dolor.

— No entiendo, hyung en verdad, estoy retrasado.

Seokjin conocía demasiado bien a Jimin como para saber reconocer sus expresiones de dolor, sus intuiciones de que algo malo pasaba en su casa se hacían más fuertes cada que su amigo volvía con pequeños rasguños o golpes pequeños, pero ahora sabía que era cierto. Jin también tenía en cuenta de que el rubio tenía una relación, quería dejarle en claro que aquello no era amor, sino esclavitud y egoísmo. Pero cada vez que se acercaba al chico éste se iba de largo.

— Vete, pero al salir tienes que hablar conmigo Park Jimin — lo dejó libre y menor corrió lo más rápido para llegar arriba.

Sólo quería desaparecer y dejar todo, al parecer una vida tranquila o un día normal no eran parte del plan que el destino tenía para él. Se presentó con su jefe y fué por los pendientes que tenía hasta el momento.

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Seokjin  lo atrapó  completamente al terminar la jornada, cuando el mayor quería saber y llegar al fondo de algo no paraba hasta hacerlo.

— Dime Jimin — lo cuestionó — ¿Tu novio es el que te hace esto?

Jimin negó, no quería que nadie se enterara, había tratado de ocultar todo pero no podía, se sintió inútil, mucho más de lo que ya pensaba.

— ¿Lo niegas?

— Namjoon sólo está en un mal momento — su voz estaba quebrándose — sólo se desquita conmigo porque soy demasiado torpe.

— ¿Cuanto ha durado el mal momento? — su zapato rechinaba en el piso y hacía que un sonido resonara.

— No te interesa — contestó mientras tomaba sus cosas — voy tarde y mi novio me espera.

— ¿Qué esperarás?, ¿Que te mate? — lo soltó, pero dedicándole una mirada compasiva — no te ama y lo mejor es que lo dejes, tú sabes a dónde ha llegado. 

Jimin se escapó y caminó hasta la parada de autobuses para tomar el que lo llevaba a casa. Seokjin era su amigo, pero le había hecho pensar.
¿Por qué se dejó golpear la primera vez?, ¿Por qué nunca vió o tomó en cuenta los arrebatos de violencia en su novio?.

Llevaban juntos más de cuatro años, dos viviendo juntos y Namjoon nunca mostró ser un golpeador, todo era él y su mayor. Respeto y cariño. Ambos trabajaban, Namjoon estudiaba y lograban quedar juntos días enteros para darse lo que necesitaban.

Si estaban tan bien, ¿Por qué quedó en una encrucijada de la que no podía salir?.

Un día todo estaba bien, pero al otro Namjoon había perdido su trabajo, un recorte de personal que lo incluyó, se había visto obligado a tener las riendas para sostener el departamento mientras su novio se encargaba de conseguir un empleo nuevo y estudiar.
Pero el desempleo no le había pasado nada bien a Namjoon, comenzó a salir de fiesta los viernes y encontró una banda de amigos que no era una buena influencia.

Jimin lo aceptó, pronto su hyung terminaría sus estudios y podría trabajar de nuevo, no tenía duda, había conseguido de novio al mejor promedio de su curso y confiaba en su trabajo.

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— No quiero que tengas amigos fuera del departamento — Namjoon había estado junto a él viendo una película cuando soltó aquél comentario.

— ¿Cúal es el problema? — contestó — ¿Te da miedo?.

Namjoon apartó su mano de manera brusca.
— El problema es que eres un cualquiera y me han dicho que te andas saliendo con tus amigos por ahí.

Jimin no lo creía, siempre había confianza entre ellos, ¿Por qué había cambiado?.

— ¿Disculpa? — se levantó — yo puedo tener los amigos que quiera y no por eso soy un cualquiera, además, tus amigos no tienen porqué decirte o ser voceadores de nuestra relación.  Y si ando de cualquiera es mi problema.

Namjoon se levantó y le dió una cachetada.
— No me levantes la voz inútil.

Jimin sólo acarició su mejilla mientras se sentaba en el suelo. Nunca le habían pegado antes y su novio jamás le levantó la voz. Namjoon sólo salió de la habitación y volvió después de un rato, pidiendo perdón. 

Jimin aceptó y lo perdonó.