Bulmyeon ❃ Yoonmin

Capítulo 4

En la oficina todos adoraban a Park Jimin, era conocido entre todos por animar con su ternura y vivacidad en el trabajo, además todos conocían la situación económica del chico, por lo que habían hecho una donación para regalarle al menor una suma de dinero considerable para que pudiera pagar su escuela.

Jimin no tenía una cuenta bancaria, por lo que guardaba el dinero en una parte especial; pensaba juntar una cantidad suficiente para ir con sus padres y regalarles alguna cosa. Hacían varios años que no los visitaba, y las llamadas a larga distancia no eran suficientes para expresar lo que sentía.

Caminó aquella noche para llegar a su casa rápidamente, esperando a que Namjoon no estuviera ahí, porque empezaría a enfadarse si llegaba tan tarde... Y no quería pensar en lo que pasaría de nuevo.

En el barrio todos respetaban a Namjoon, así que por ende, su novio también tenía el mismo respeto, podía caminar sin temor alguno por las calles, aunque algunas personas miraban con una expresión extraña su rostro, una mezcla de lástima y temor.

Subió las escaleras con rapidez y cuando encontró la puerta de su departamento la abrió con cuidado, temiendo a que estuviera Namjoon sentado o borracho. Pero no había nadie, sólo el mismo cuadro de la sala ordenado que había dejado en la mañana.

Suspiró y se dejó caer en uno de los sillones, había sido un día duro y no quería saber de nada, ni de nadie más que la cama. Se preguntó cuándo había sido la última vez que descansó o su piel no había tenido alguna lesión.

El fuerte jalón de la camisa lo hizo despertar rápidamente, se había quedado dormido en el sillón. Namjoon lo tenía sujetado de la camisa, caminando hasta el cuarto que compartían.

Sobre el colchón estaba su dinero, todo desparramado entre varias botellas de cerveza, ver a Namjoon le comunicaba que estaba furioso.

- ¿Me has estado robando maldita puta? - lo dejó caer sobre el colchón, mientras buscaba algo en la cómoda.

No sabía cómo había dado con su escondite, ni como sacó el dinero, sabía que podía ser predecible pero se había esforzado por guardarlo en donde su violento novio no lo encontrara de manera fácil.

- No - negó - no he estado robando, son propinas por hacer trabajos en la oficina.

- ¿Qué clase de trabajos?

Jimin se hizo para atrás en la cama, a punto de llorar.

- Mandados, lo siento amor - su voz se quebró cuando sacó un cinturón de cuero - no- no lo volveré a hacer, pero por favor.

- Más te vale no gritar, Jimin.

Jimin se cubrió con los codos para no sentir el cuero sobre su piel, gemía de dolor, aún cuando Namjoon sólo le gritaba que se lo merecía, que no era absolutamente nada. ¿Por qué le había permitido a Namjoon estar en su vida aún cuando las señales se veían tan claras?.

Se preguntaba constantemente​ si era amor o un enfermizo apego que tenía con el mayor, porque aún parecía esperar a que su novio cambiara, a que un día llegara como si nada, que le recordara que lo amaba y que todo volviera como los primeros días juntos. Pero también sabía que se engañaba.

Sus lágrimas bajaron por sus ojos cuando el último golpe paró, dejando muchas más marcas en sus manos y en su estómago.
Se quedó esperando a que Namjoon se fuera, cómo siempre, a su lado de la cama, a dormir y a que se le pasara la resaca.

Pero sólo sonreía de manera sádica y eso le dió otro escalofrío.
Le devolvió la mirada, para que viera que estaba sufriendo, intentando ablandar su corazón, pero del antiguo chico que amaba ya no había nada, sólo un tipo al que no conocía.

- ¿Qué harás?

- Jugaremos amor, necesitas aprender reglas.

Tomó una de las botellas y la rompió en las manos de Jimin, haciendo que varios de los vidrios cortaran la piel. Jimin gimió de dolor. Siguió con las demás botellas que tenía sobre la cama y las estrelló en diversas partes de su cara y cuerpo.

Jimin se limitaba a sentir y a gemir mientras seguía llorando, no podía pararse aunque lo deseara. El dolor era intenso y aún le dolían los golpes.
Una última botellas se estampó sobre su cabeza, mareándolo.

Esa fué la gota que colmó el vaso de su calvario, se levantó como pudo y salió corriendo a el pasillo, Namjoon estaba tras de él, pero borracho, así que tenía un poco de tiempo para escapar.
Con dificultad abrió la puerta y bajó las escaleras para huir a dónde no hubiera nadie.

Pensaba que si tenía suerte podía llegar a la casa de Seokjin, pero las pisadas detrás de él lo detenían.
Aumentó su velocidad y se perdió entre las calles para despistar, tomó uno de las avenidas que desconocía y se sentó cuando sus pies no pudieron más.

La cabeza le daba vueltas y podía sentir un poco de sangre cayendo de sus manos y de la cabeza. ¿Qué más daba si Namjoon lo atrapaba?, ya no podía más, que lo matara si quisiera.

Para él estaba mejor morir que seguir un día más en ese lugar, lo había entendido mientras lo golpeaban. Porque él no era nada y no valía siquiera algo.

Y cerró los ojos.

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Aló chicos.
Lamento no haber actualizado el día martes porque tuve muchas cosas con la escuela y la verdad no pude. Pero les traigo el capítulo nuevo.
Así que para compensar ¿qué les parece si mañana actualizo?.

Por cierto, en los Wattys no hay historias Yoonmin en las finales, es una lástima porque hay muchos trabajos que se merecen estar ahí. En fin, buen viernes a todos.

Amor para los chicos del grupo de Whatsapp y estén al pendientes porque a partir de aquí todo es distinto.