4. Simón dice

829 36 4
                                    


Salgo del baño después de recomponerme. Lo que Shar había dicho había llegado a mí como una certera bofetada. A mí nadie me decía que hacer, si yo quería podía tener a David para mí, una noche, dos o simplemente nada. Si algo pasaba seria porque yo lo quisiera, no porque un hombre de sonrisa bonita me deslumbrara.

Me siento algo perdida en la sala. No hay nadie cerca que conozca y nadie parece lo suficientemente valiente como para acercárseme. Busco la rulosa cabeza de David pero a pesar de que es imposible que pase desapercibida no logro encontrarlo.

- Así que David no mentía- La voz que escucho viene desde mi lado derecho. Cuando giro a ver de quien se trata me encuentro de frente con Renato. Le sonrió coquetamente y pregunto.

- ¿Y qué fue lo que dijo?- Se acerca más para que así la música no nos fastidie..

- Que vendrías- Ladea su cabeza regalándome una galante sonrisa.

- Oh sí, eso- Arrugo la nariz cuando al fin localizo una cara conocida, la de David ¿Por qué no puedo dejar de decir su nombre completo?- Yo no rompo promesas- Desvío mi mirada rápidamente antes de que David volteara, muerdo mi labio evitando una sonrisa tonta. Me siento una adolecente, bueno tengo veinte años no hace mucho salí de ella ¿Verdad?

- Que bien- Vuelvo a poner mis ojos en Renato, es lo suficientemente guapo como para distraerme- Me gustaría invitarte a salir y como has dicho que no rompes promesas, voy a tener que pedirte que me lo prometas- Una noche Simón, una noche para dejar de pensar tonterías.

- Seguro, dame tu número así nos organizamos- Cobarde, en otras circunstancias tú lo hubieras sacado de aquí directo a tu casa.

- Pero que mal anfitrión es David ¿No te ha invitado nada?- Tiro mi cabello hacia atrás coquetamente.

- Lo sé- Digo riendo mientras pongo mi mano en su brazo- Desde que llegue he estado más inactiva que una planta- Una mirada encima mío me inquieta pero yo sigo evitando mirar en esa dirección.

- En ese caso, déjamelo a mí- Susurra antes de alejarse. Cuando Renato sale de mi campo de visión me encontró de frente con los ojos del cabeza de oveja.

Renato vuelve con una lata de gaseosa en la mano. Lo miro pensando en que en serio yo tenía cara de niña buena, y de inmediato otra vez vuelve a mi la conversación con David en el hospital.

- Créeme que yo te hubiera traído algo más- Se hace al pensativo antes de decir- Interesante, pero es imposible encuentres alcohol en la casa de David.

- ¿Así?- Aun podía ver los rizos del susodicho por un lado de Renato- ¿David es muy...- Pienso en la palabra que quiero utilizar- ...conservador?- Renato se burla de mi elección de palabras- ¿Por qué te ríes?

- Porque yo hubiera utilizado la palabra aburrido- Me rio con él durante unos segundos pero mi risa no es sincera porque lo poco que he visto de David me ha demostrado que puede ser un empalagoso pero no aburrido- Me has decepcionado, yo esperaba fueras más dura con tus palabras.

- Pues ya vez soy más dulce de lo que piensas- Se acerca a mí hasta poder susurrarme en el oído.

- Créeme que desde que te vi pensé que eras dulce- Al final tal vez si iba a hacer lo que Shar dijo, me iba a acostar con un atractivo hombre, a la mañana siguiente lo echaría de mi cama y continuaría con mi vida. Pero por alguna razón mi atención seguía centrada en el chico de los cabellos rebeldes.

- Simón- Renato agita su mano delante de mi cara. Enfoco mi vista en el quitándola del rizado que también me observa.

- Lo siento, es solo que he estado buscando a mis amigos y no los veo – Él se pone a mi lado pasando un brazo por encima de mis hombros, al hacer esto todas las miradas vuelan encima de nosotros.

Vale la pena tratarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora