Capítulo 1

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Me levanté a las seis de la mañana, una hora antes de la que debería. Estaba ansiosa, ya que hoy me mudaría a Washington. Llevaba mucho tiempo esperando este día.

Por una parte deseaba irme de esta espantosa casa, y por otra sentía miedo por saber quién sería mi compañera de habitación.

Dejé las preocupaciones a un lado, al fin y al cabo ocurriría lo que tuviera que ocurrir. Me levanté de la cama y la hice, luego fui al baño a darme una ducha fría.

Intenté despejar mi mente de las ideas negativas, pero era imposible. Y no, no era la compañera de habitación la que me inquietaba; todo era el miedo a conocer a un chico y enamorarme. Tenía que alejarme de los chicos, pero mientras viviera en un campus se me iba hacer imposible.

Éste pánico lo había creado mi ex, Darren. Me prometió un infinito asegurado junto a él, pero sus "para siempre" eran pura mierda. Estaba a punto de perder mi virginidad, cuando mi mejor amiga le mandó un mensaje a su móvil, diciendo cosas bastante... sucias para mi gusto. Entonces me dí cuenta de algo; mi novio me estaba engañando con mi mejor amiga. Después de aquello corté con él. Ahora soy anti-chicos. Soy hetero, pero no quiero nada con nadie.

Salí de la ducha y observé mi reflejo en el espejo. Mi cara tenía una expresión alegre, pero a la vez preocupada. 

No sé cómo lo había hecho pero me llevé media hora en la ducha pensando en cosas estúpidas. No debería preocuparme por gilipolleces, al fin y al cabo no puedo echar a los chicos del campus. Si pudiera lo haría, pero no puedo.

Me fui a mi habitación a vestirme y me puse unos pantalones vaqueros ajustados, y una camiseta de Nirvana. Luego me puse los primeros zapatos que encontré, eran unas converse negras. Me encantaba mi look rockero, pero no muy provocativo. Estaría llena de tatuajes, si mis padres me hubiesen dejado. Ya era mayor de edad para hacérmelos sin el permiso de mis ellos, pero no me daban dinero para que me los hiciera.

Escuché a mi madre venir hacia mi habitación, mientras yo estaba secándome el pelo.

-Hola mamá.

-Hola hija. ¿Estás lista?

-Estoy secandome el pelo ¿o es que no me ves?

-Desde luego, no sé cuando vas a cambiar... ¿tienes que contestar así hasta el último día?-Esta mujer me sacaba de quicio. Nunca me he llevado bien con ella, al parecer.

-Sí.-contesté inexpresiva.

-Está bien. ¿Quieres algo para desayunar?

-No.-Volví a contestar con la misma expresión anterior; ninguna.

-Bien, te espero en el salón. No tardes mucho que en media hora tenemos que estar en el aeropuerto.

-No te preocupes- Después de mi respuesta salió de mi habitación sin decir una palabra más. El odio hacia mi madre lo provocó ella misma. Sé que le duele que le hable mal, pero a mi también me dolió que dejara a mi padre por un millonario. A esta mujer lo único que le importa y siempre le ha importado ha sido el dinero. Y aquí estoy, viviendo con su nuevo marido; el nariz torcida y ella. Esa era otra razón por la que yo no quería estar aquí.

Recogí mi pelo en un moño despeinado y puse mi bandana favorita alrededor de mi cabeza. Era raro que con este look tan rockero no tuviera ningún tatuaje. También era penoso.

Fui al comedor con mis maletas, preparada para irme. 

-¿Estás lista?

-Sí, ¿o es que no me ves?

-Por favor Lisa, no seas tan.... ¿por qué eres así?

-No es asunto tuyo. ¿Nos vamos ya o qué?

Teenage Dirtbag → Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora