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Escuché decir a un niño en la clase que su mamá le ayudaba a forrar sus libretas, y también escuché decir a mi mejor amiga que no había entendido un tema pero le pediría ayuda a su hermano.

Recordé la última vez que me ayudaron, tenía 7 años, pasé a segundo de primaria, dejaron de ayudarme. Si no entendía un tema no había a quien preguntarle porque no tenía a alguien. Me ayudaban a forrar los cuadernos por el hecho de verlo como una obligación, pero de todas formas siempre me decían que cuando estuviera más grande ya no me ayudarían. Y efectivamente. Así fue.

Hay veces que me enoja que digan que no los quiero, que odio a mi familia (lo cual me lo repiten todos los días) o que preferiría estar sola a que esté con ustedes.

Me molesta que lo digan solo por el hecho de que soy más independiente que mi hermana, no soy afectiva como ella, amo quedarme sola en la casa y mi hermana prefería ir con ustedes en lugar de quedarse sola.

Sí, soy más independiente familia. Pero lo soy porque existe algo que se llama sobrevivencia. Y al no recibir el apoyo de ustedes tuve que encontrar la manera de salir adelante sola, por eso soy así.

100 DíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora