Capitulo 1-

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Abrí la ventana con cuidado. El agua de los aspersores que me calaban no facilitaba precisamente el trabajo. Ya casi la tenía abierta cuando algo hizo de obstáculo y me impidió abrirla más.

-Mierda...-dije frustrada a la vez que salía del matorral que había bajo la misma.

Mire la casa con cólera. Iba a irme con mi mala leche de vuelta a mi casa, cuando vi una ventana del segundo piso abierta por completo.

-Menudos idiotas.

Me encarame al tubo del desagüe que descendía por la pared justo junto a esa ventana. Con tranquilidad llegue arriba y coloque un pie en el suelo. La fricción sonora de mis deportivas mojadas contra la superficie casi me hace perder el equilibrio por miedo a que alguien me hubiese oído y  caer de espaldas. Me quite con cuidado las deportivas y las lance hacia el matorral donde había estado antes.

Era un baño. Un baño carísimo, como toda la casa en sí en el resto del vecindario. Cuando llegamos ayer a la ciudad y pasamos por aquí supe sin duda donde dar mi siguiente golpe. La casa la elegí al azar. Bueno en realidad fue mi tercera elección al azar. La primera casa a la que trate de entrar tenia perros en el jardín y el susto que me dieron fue importante. Y la segunda casa tenia a un anciano oyendo la radio en el salón, por lo que no convenía arriesgar tanto.

Salí al pasillo sin problemas, pues la puerta estaba abierta. Un crujido del suelo me espanto y me gire bruscamente casi tirando un marco de foto que descansaba sobre una cómoda. Me metí de nuevo al baño y entre en el jacuzzi, que más bien parecía una piscina, abrazando el marco de fotos contra mi pecho. Ojala a los dueños no se les ocurriera darse ahora un bañito de espuma.

Unos pasos amortiguados llegaron hasta el baño. La figura no encendió la luz. Era un chico. Iba sin camiseta y la luz de la luna dejaba ver su cuerpo escultural.

-Joder.- dijo con voz fastidiada a la vez que iba y cerraba la ventana.

Se coloco frente a la taza del váter y se saco su miembro. Era grande...sin duda. Un extraño calor se apodero de mí y me obligue a apartar la vista.

-Lo sé. Estoy muy bien dotado.-murmuro él. Abrí los ojos totalmente asustada. ¿Me había visto?-Pero tú eres un gato y yo un humano. En otra vida tal vez... Ademas soy hetero…

Extrañada mire mas atentamente y junto a la puerta había un gigantesco gato de angora blanco observándole con cara de pocos amigos. Que repelús que dan esos animales cuando se lo proponen.

El chico se la agito un poco y tras dejar caer la última gotita se subió de nuevo su bóxer y su pantalón de pijama. Se lavo las manos a conciencia y luego las paso por su brillante pelo oscuro.

-Vamos Veny...vámonos de nuevo a dormir.- le dijo al gato.

Este como si le entendiese dio un respingo y se fue tras el chico hacia la oscuridad del pasillo. Espere unos instantes y de nuevo salí del baño. Mire la foto del marco antes de dejarla en su sitio de nuevo.

En ella había dos chicos. Uno era moreno con una ligera barba que le daba un aspecto muy varonil con una sonrisa picara, de ojos claros pero no sabría decir el color exacto con tan poca luz. Y junto a él estaba un chico también moreno, con una sonrisa arrebatadora. Era el chico del baño. Sin duda. Otra vez el calor se apodero de mi cuerpo. Agite la cabeza y deje el objeto donde debía estar.

 Había una puerta grande al fondo del pasillo. Sin dudarlo me dirigí allí. Sigilosa abrí la puerta y entre en una habitación de matrimonio. Tras unos instantes de pánico por poder haber entrado en la boca del lobo, me relaje. Allí no había nadie. Me frote las manos cubiertas por guantes como si fuera una mosca y me dirigí a el tocador que decoraba la estancia. No me defraudo. Había cientos de jollas guardadas allí. Y por suerte estaban sin clasificar puestas allí sin orden ni concierto.

Ladrona de pasiones[+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora