Primer día de clase. Vale. No debería estar nerviosa, ¿verdad? Se supone que es una oportunidad gigantesca para abrir horizontes... Pero todos sabemos cómo es el instituto. O aparentas ser guay o desde el principio te tachan de pringada.
En fin, era el primer día de clase. Alex me había mandado un mensaje: "Voy a por ti en 30 minutos. O estás lista, o te rebano la cabeza. ¡BESOS!"
Si no me visto ya, me va a matar. Abro mi armario esperando encontrar algo normal, y me llevo un chasco cuando recuerdo que llevé casi todo a casa de mamá. Mierda. Mierda. MIERDA. ¡¿Qué me voy a poner?! Subo la mirada y encuentro una caja. La abro y me encuentro dos conjuntos: una camiseta y un pantalón viejos, de los que JAMÁS debes llevar al instituto, a no ser que quieras que se metan contigo, y un vestido palabra de honor que debió pertenecer a Lily, mi hermana mayor muerta. Una punzada de dolor me recorre el cuerpo antes de que me quite de la cabeza a Lily ¡¿Qué me pongo?! ¿La ropa vieja? ¿El vestido? Como sé que con los dos conjuntos se van a meter conmigo, cojo el vestido, que al menos no me quitará la dignidad. O eso creo. El vestido es azul claro al principio, y cuando llega a la parte de abajo, que es por las rodillas, de un azul más oscuro. El escote, en forma de pico, enseña más de lo que debería. Cojo mis zapatillas, y rezo por que el tipo del tiempo tenga razón en cuanto al calor que va a hacer.
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¿Final feliz? No para mí.
Teen FictionSe podría decir que soy normalita. Paso desapercibida en el instituto, y mi única amiga es Alejandra Stone, Alex para los amigos. Para mí, vamos. Saco buenas notas. Qué más podría decir de mí... Ah, sí. Me encantan las novelas románticas que rayan e...