Cuando entro en clase, todos me miran. Yo miro a mi vez a Alex, que se está partiendo de risa. Aún no me he visto la cara, y eso que llevo así toda la mañana. Es la tercera clase en la que entro, y mis compañeros todavía reaccionan como si yo fuese un zombie. Un zombie con glamour. Alex me ha prometido que me vería en un espejo a la hora de comer, y, la verdad, comienzo a sentir curiosidad por cómo estoy.
Es hora de comer. Ya me he acostumbrado a las miraditas de los demás, y, la verdad,empiezan a molestarme. Prefiero ser invisible. Alex y yo cogemos nuestra comida, en una bandeja, y nos sentamos en una mesa, alejadas del gentío, pero no dura mucho. Jess, la hermana de Alex, se acerca.
-Mmm, ¿Alex? ¿Qué haces molestando a la nueva? Osea, ¿crees que a ella le caes bien?-Y, mirándome a mí, dice:
-¿Cómo te llamas, cariño?
-¿Estás en serio, Jess? Soy Alice, Alice Jhonson.
-¿Qué me dices? Osea, cariño, estás PRE-CIO-SA.
Me mira, y, sonriendo con su más preciosa sonrisa, me indica la mesa número 9, y dice:
-¿Te apetece sentarte con nosotros?
Me atraganto, y miro a Alex. Se está partiendo de risa. Me indica con la mano que responda la pregunta.
-Eh... Mira, Jess, muchas gracias, pero no voy a sentarme con vosotros.-Oigo la risa de Alex, y sonrío.- Que hayas cambiado tu opinión sobre mí sólo porque me haya maquillado significa que tienes la mente más corta de lo que pensaba.
Suena un "ohhhh" quedo en la cafetería. Todo el mundo ha escuchado mis palabras. Ups. Alex me mira con aprobación y sube los pulgares. Jess sube la cabeza, airada, y se va contoneándose. James, el novio de Jess, me mira, y me da la sensación de que lo hace con una mezcla de aprobación, respeto y preocupación. Que no se preocupe. Ya sé perfectamente las consecuencias de mis actos. Jess va a ir a por mí.
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¿Final feliz? No para mí.
Teen FictionSe podría decir que soy normalita. Paso desapercibida en el instituto, y mi única amiga es Alejandra Stone, Alex para los amigos. Para mí, vamos. Saco buenas notas. Qué más podría decir de mí... Ah, sí. Me encantan las novelas románticas que rayan e...