Posiblemente Chelsy siempre estuvo dispuesta a tomar la decisión más importante de su vida, darle fin a la misma. Ella siempre tuvo claro el fin que tendría y lo que pasaría, aunque lucho y lucho jamás pudo conseguir lo que más anhelaba, la felicida...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Cuando desperté, sentí el brazo de Aarón alrededor de mi cintura, sabía estaba despierto porque estaba haciendo círculos con su dedo pulgar en mi abdomen.
Estaba en sus brazos.
La realidad golpeo mi mente, estaba acostada en la cama de Aarón y él estaba ahí conmigo, sosteniéndome contra su cuerpo como si pensara que me escaparía de ahí. Me puse un tanto nerviosa ante su tacto, hace un tiempo estaba desarrollando sentimientos hacia él, pero no podía permitirme que estos evolucionaran.
Aarón se movió un poco y yo hice lo mismo sin saber porque, él dio un bostezo y quito su brazo de mi cintura, aparto mi cabello de mi cara y me dio una leve sonrisa.
—Buenos días —su voz se escuchaba ronca y áspera.
Luego volvió a colocar su brazo en mi cintura, me estremecí levemente ante ello.
—Buenos días ¿Cómo amaneciste? —le pregunté, aunque lo único que quería era que apartara su brazo de mi cintura, me ponía nerviosa.
—Bien ¿Y tú, linda? —me sonroje al escuchar eso, pero como seguía de espaldas no me podría ver.
—Bien, me alegra que hayas amanecido bien —dije tratando de apaciguar mis nervios.
Sabía que tenía sentimientos por él, pero lo que me decía solo los alimentaba.
—Muero por hacer algo —dijo levantándose, yo me di la vuelta para verlo —, pero seguramente no sea lo correcto.
—¿Por qué? —pregunté mientras me sentaba.
Él se pasó la mano por su cabello desordenándolo más —Bueno, para mi eres una persona increíble y aunque las demás personas no te paguen con la misma moneda, yo si quiero hacerlo.
Sus palabras me tomaron por sorpresa, nunca creí que me dijera eso en ese momento. Se podrían escuchar huecas sus palabras para los demás, pero para mí tenían significado, él estaba consciente de todo lo que me había sucedido y de alguna manera quiere arreglarlo.
—Yo... —comencé a decir pero él me interrumpió.
—No debes de decir algo —contestó acercándose y sentándose a mi lado —. Estos meses que he tenido la oportunidad de conocerte, han sido los mejores.
Yo vacilé —Digo lo mismo.
Él me dio una sonrisa y se acercó más a mí, nuestras narices rozaron y sentí como paso sus manos por mi espalda, me empujó hacia él y me puso contra su pecho.
Luego de un rato decidimos salir, charlar y pasear por ahí para despejar mis pensamientos. Finalmente estábamos hablando efusivamente en nuestro café favorito, su compañía es la mejor que he podido tener.
—Vaya, perdí una amiga pero gane una novia —dijo riendo.
Al escuchar eso me atragante con el café y empecé a toser levemente —¿Novia?
