Posiblemente Chelsy siempre estuvo dispuesta a tomar la decisión más importante de su vida, darle fin a la misma. Ella siempre tuvo claro el fin que tendría y lo que pasaría, aunque lucho y lucho jamás pudo conseguir lo que más anhelaba, la felicida...
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Recuerdo que aquel día me desperté con los ojos inflamados de tanto llorar, además de adolorida tanto de manera física como emocional.
Llegue hasta mi espejo para poder observar cómo estaba golpeado mi cuerpo, no me sentía bien conmigo misma, sentía que no era yo. Luego me maquillé en las partes que estaba lastimada para que no se notarán los golpes y proseguí a cambiarme puesto que hoy tenía que ir a la preparatoria, quería o no quería.
Entre a la preparatoria con un poco de miedo y temor, no quería encontrarme con Adrián, después de lo que pasó la noche anterior no quería ni siquiera verlo.
Hasta ahora todo se veía muy gris, mi primer día aquí fue el peor comienzo que pude tener y por varios factores no podía hablar de esto con mis padres.
Estaba distraída mientras sacaba unas cosas de mi casillero cuando de repente sentí que alguien me tomo del brazo, sentí la adrenalina correr por mis venas, me di la vuelta y vi a Aarón, casi inmediatamente me tranquilicé al verlo.
—Perdón por asustarte, no era mi intención.
—No te preocupes, ¿Cómo estás? —dije más tranquila.
—Bien y ¿Tu?, ¿Cómo seguiste? —me preguntó preocupado y con cierta curiosidad.
—Mejor, bueno me tengo que ir a clases, ya es tarde —le di una sonrisa de boca cerrada.
La verdad en ese momento no quería hablar con nadie.
—Está bien, yo igual tengo que ir a clases, al rato nos vemos, Chelsy —se despidió de mi con pesadez, como si en realidad deseara seguir hablando conmigo.
Caminé por el pasillo y entre en al salón de clases, me senté en la silla del rincón y saque un libro que se llamaba "Despair" era de misterio y suspenso, en lo personal me había enganchado bastante con él a pesar de no ser muy fan de leer. Cuando vi que Adrián entró al salón todo en mi cambio, tenía miedo, ansiedad y estaba muy nerviosa, la tranquilidad que Aarón provocó en mí se fue de vacaciones.
¿Qué pasa si me vuelve a hacer daño? ¿Me puede matar? ¿Qué quiere de mí?, esas preguntas rondaban en mi cabeza, no me logré concentrarme en la clase de química, estaba pensando en lo que paso el día anterior.
El simple hecho de verlo me ponía intranquila, él era un recordatorio viviente de lo que me había pasado.
Tenía temor que me volviera a hacer daño. Cuando tocaron el timbre para el receso me fui casi corriendo, no quería quedar a solas con él en el salón, camine hasta llegar a la cafetería y compre mi comida, a lo lejos vi a una chica que estaba sentada y sola, decidí a acercarme y hablarle, tenía que ser más social, tener más amigos.
Me acerque a ella y entablamos una conversación, ella se llamaba Charlotte y era nueva en la preparatoria; me contó que siempre ha vivido en California y que por algunos problemas que tuvo en su anterior preparatoria se transfirió a esta
