Y mientras menos pienses en ello volverán las mariposas a atormentarte nuevamente.
Fue en el tren cuando eran las 8 horas del día, todos iban con sus teléfonos celulares, incluso ella, nadie se daba cuenta salvo al momento de detenerse las paradas, al salir de la estación, mucha gente caminaba hacía la salida, un hombro cruzo con el otro, pero ella veía demasiado su teléfono, tan solo con una disculpa porque iba apurada logró pasar, él quién iba dentro de la estación vio su rostro lo reconoció, pero ella ya iba lejos, y las personas a su alrededor se quejaban porque él no se movía. La silueta de Amanda desaparecía, pero él no sabía que hacer, por eso solo bajo las escaleras y se dedicó a seguir con su camino.
Amanda llegaba a su trabajo, en la mañana era agente de viajes, le fascinaba aunque no era para lo que quería estudiar, amaba ofrecer los viajes. Tenía su propio escritorio, y su grapadora, nada podía ser mejor, su hermana trabajaba de recepcionista, se preparaba para almorzar con Pablo, su pretendiente.
— Amanda, ¿Cómo estás?
— Estoy bien, será mejor que pidamos algo rápido tengo mucho trabajo.
— ¿Por qué siempre tan rápido? Sería difícil disfrutar el almuerzo de esa manera.
Amanda recuerda la última persona que se quejó sobre su manera tan acelerada de ir por la vida.
— Es una costumbre.— Sonríe.
— Entonces, eras una estudiante de letras.
— Desde luego, y ¿tu cómo comenzaste?
— Yo comencé siendo Barista como tú, después trabajé de Bartender, hasta que me gustó mucho más ser Bartender.
''Presta mucha atención a la profesión de ese hombre''.
— Amanda, ¿te sucede algo?
— Oh, no claro que no prosigue.
— Es un poco incomodo decirlo de nuevo.
— ¿Qué es?
— Fuimos compañeros de secundaria.
— ¿En serio?
— Yo era el chico rubio de la otra sección que nunca entraba a clases.
— ¿Qué pasó contigo? ahora lo recuerdo.—Sorbe agua.
''Es un joven antiguo compañero de estudios''.
Amanda se atora con el agua, Pablo se levanta para ayudarla.
— ¿Amanda estás realmente bien? Creo que estás comiendo muy rápido.
— No es nada, creo que perdí el apetito, nos veremos después.
Ahora tenía el trabajo como Barista, por la tarde hasta las 8:00 pm, solo eran las 3:00 pm, cuando una persona apareció para la entrevista de trabajo, traía una gorra, ella se sentó en una silla fuera del lugar con una carpeta de anotaciones, y donde estaba el currículo de él joven, no había comenzado a leer. Cuando el tomó asiento, estaba mirando su celular nuevamente, tenía mensajes pendientes.
— Buenas tardes.
— Vamos a ver, ¿Die-ego Casas?— Su expresión confundida no le permitía subir la mirada, cuando vio que el joven se quitaba la gorra, no pudo decir más nada.
— Pensé que solo reconocías los rostros.
— Muy bien, Déjeme presentarme, mi nombre es Amanda Weber, soy la gerente de este lugar, y usted está solicitando un puesto de Barista aquí, las referencias de trabajo que tiene aquí son de Venezuela y de Perú, también dice que trabajó mucho tiempo en atención al público y fue cajero, ¿Vive solo?.
— Sí.
— ¿Tiene hijos?
— No.
— ¿Es usted soltero?
— Sí, lo soy.
— ¿Alguna relación amorosa?
— ¿Qué?
— Preguntas de rutina, desgraciadamente yo no p...
— Ninguna relación.
— ¿Hace cuanto? —Pone de golpe la taza de té en la mesa.
— Un año, pero ¿Qué son estás preguntas?
— ¿Tiene su DNI?
— Acabo de solicitarlo, me llegó por correo.
— ¿Fuma?
— No.
— ¿Bebe?
— Ya no tanto.
— ¿Se droga?
— No.
— ¿Seguro?
— Ya no lo hago.
— ¿Hace cuanto?
— Tres años.
— Muy bien, suficientes palabras, necesito que me demuestre sus habilidades.
— ¿De verdad?
— Quiero que preparé lo que los clientes le digan en este momento, sin importar qué.
Él hace caso sin decir nada, sirve y parece familiarizado con la maquina como era de esperarse.
—Esta contratado, de prueba por una semana.
— Necesito que venga mañana mismo, bien temprano, no lo estaré vigilando yo, será el Jefe por las mañanas, y en la tarde vengo yo, por ende, venga preparado.
— Amanda.
— Gerente para usted.
— ¿Si se acuerda usted de mí, Gerente?
— Dígame cliente.
Ella vio como Diego salía del lugar, sin decir nada, fue cuando volteó por última vez, y la miró directamente a los ojos, para verla, y ella lo estaba viendo, pero inclinó su rostro como en la parada de bus, hace tres años.
Cuando Amanda salió de el trabajo fue a su trabajo de Mesera, en un Hotel, era de medio tiempo y salía a la 1 am, era como un favor para la dueña porque nadie quería trabajar de noche, y se necesitaba gente, al llegar a el departamento se tiró a la cama y luego se paró nuevamente, se bañó y se lavó la cara, jabón, tónico y crema de noche, cepillar los dientes, la crema para las estrías, y las pastillas de todo el día que no se había tomado, Vitaminas y centella asiática, cuando sintió que todo estaba listo, y puso la ropa en la lavadora, cayó en un profundo sueño.
— Amanda, ¿Estás ahí?
— Sí, ¿Quién me llama?
— Soy Diego.
— Tú pedazo de mierda inútil.
— Estuve buscándote, los últimos tres años.
— ¿Qué?
— Si, así es, porque realmente te amo y quiero que me prestes dinero.
— ¿QUEEEEE?, FUERA DE MI VISTA.
''FUERA DE MI VISTA, FUERA DE MI VISTA, FUERA DE MI VISTA, PEDAZO DE MIERDA INÚTIL''
*Alarma*
— FUERA, FUERA.
Amanda despierta, era su alarma de ir al trabajo, sin darse cuenta ya eran las 6: 00 am.