𝐜𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐭𝐫𝐞𝐬 ━ 𝒉𝒐𝒎𝒆 .

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𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐓𝐑𝐄𝐒 ━ 𝓱𝓸𝓰𝓪𝓻.

        Luego de pedir los helados a Fortescue el matrimonio Burke junto a su nieta se dirigieron a su hogar, entre ellos decidieron que la niña pasaría la noche con ellos

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        Luego de pedir los helados a Fortescue el matrimonio Burke junto a su nieta se dirigieron a su hogar, entre ellos decidieron que la niña pasaría la noche con ellos.

Llegaron a "Burke Manor", las puertas del jardín delantero se abrieron al sentir la presencia de sus dueños, decidieron caminar hasta el lugar disfrutando del recorrido y el cálido día. Arianna admiraba la belleza de los jardines, las flores comenzaban perseguían la luz del sol con sus pétalos, las fuentes que adornan el espacio daban elegancia, el césped relucía con el calor del verano. Daisy era gran amante de las plantas, ella era quien se encarga de cuidar las plantas dedicando la mayor parte de su tiempo a ellas. Adam, sin embargo, tenía un gran rosal ubicado cerca de la entrada de la mansión, destinado a regalarle rosas a su esposa cada día, tal cual la manera en que había conquistado a la rubia.

Ingresaron a la vivienda, avanzando por el lobby hasta la sala central. En un parpadeo Angus (el elfo doméstico que Adam heredó al casarse), apareció frente a la familia. Al notar una tercera presencia le dirigió una mirada despreciable a la pequeña pelirroja que se encontraba en medio de sus abuelos. Arianna lo miró indignada.

El sentimiento de odio era mutuo por parte de ellos dos. Desde que la ojiverde tenía memoria el diminuto ser había intentado matarla cada vez que la oportunidad se presentaba. La ocasión más memorable es el cumpleaños número siete de la chica; Angus preparó un pastel agregándole a la mezcla tentáculos venenosos, por suerte Dinky (que ayudaba a arreglar la fiesta) lo descubrió, hubo una corta e inofensiva pelea entre ellos, desde ahí comenzó una disputa entre ambos seres.

Daisy notó la fulminante mirada de su sirviente, tomó por encima de los hombros a su nieta y la posicionó frente a ella. Con tono severo y autoritario habló. —Angus, Arianna pasará la noche en la mansión. Necesito que acomodes su habitación, y ordena a los demás que sirvan la cena.

—A su orden, ama Burke. —Contestó el elfo con una reverencia. Arianna sonrió con arrogancia hacía Angus y con el permiso de sus amos este se retiró.

La niña poseía su propia habitación en la mansión de sus abuelos; podría decirse que pasaba más tiempo ahí que en su propia casa.

Sus abuelos se dirigieron a la oficina de Adam, Smith estaba segura que hablarían sobre Uziel y Uxía, no obstante, prefirió no intervenir en la conversación. Se dirigió a la cocina y amablemente le pidió a una elfina que se encontraba ahí que le preparara un batido de fresas.

Comenzó a leer un libro de encantamientos, quería estar preparada para Hogwarts. No conocía a muchas personas que fueran de su edad, por lo que estaba un poco asustada. Sin embargo, le era muy fácil socializar, Arianna estaba tan llena de luz que podría alegrarle el día a cualquiera con solo una sonrisa.

Después de un tiempo, Adam y Daisy salieron de la oficina. Los tres residentes se dirigieron a la mesa, mientras los elfos enseñaban su comida. Angus intentó lanzar un vaso de jugo de calabaza en el vestido de Arianna, no obstante, la falsa tos de Adam lo hizo retroceder.

La cena terminó sin más inconvenientes que los ataques indefensos de Angus. —Cariño. —Llamó Daisy a Arianna. —Vamos a llevarte a dormir. —Adam levantó cuidadosamente a la pequeña.

—Puedo ir por mi cuenta. —Rió.

—No, eres pequeña. —Contestó Adam.

Al llegar a la habitación de su nieta, el matrimonio terminó de acomodar sus propios asuntos y regresaron cuando ella ya estaba lista para dormir.

—¿Quieres oír una historia?

—Está bien. —murmuró.

—Recuerdo el día que naciste...

«Flash Back»

El matrimonio Burke estaba sentado en la sala de estar junto a su hija y el esposo de esta. Uxía estaba cansada cada tanto suspiraba pesadamente, en un momento gimió de dolor haciendo reaccionar a Daisy.

—¿Qué ocurre, cariño?

—No lo sé. —contestó con dificultad. —Me duele mucho. —sollozó.

—Adam, envíale un patronus al medimago. —Ordenó al hombre que se encontraba parado junto a ella.

Él sólo asintió y rápidamente Uziel entró en pánico. —¿Le pasa algo al bebé?

Uxía abrió los ojos y lloró aún más fuerte. —No, no, no, mi bebe.

—Cariño, está bien. Sólo... —Pausó. —creo que serán padres, como... —hizo silencio causando una mayor desesperación del joven matrimonio. —Justo ahora.

—Oh... —Mientras su esposa gritaba y apretaba su mano el joven castaño intentaba comprender la situación —¡Oh! —Se levantó del suelo y abrazó a Daisy que confundida ni siquiera tuvo tiempo de corresponder el abrazo. El joven sacó la varita de su bolsillo y envió un patronus a sus propios padres —Van a ser abuelos. —fue lo único que expresó.

El medimago llegó a través de la red flu, con cuidado levantaron a la pelirroja para llevarla a su habitación, al llegar ahí un líquido cayó por sus piernas y comenzó a sollozar más desesperada.

En la sala de estar estaban los Smith y los Burke esperando noticias, escuchando lo gritos desgarrados de Uxía, pasaron aproximadamente dos horas hasta que los gritos se detuvieran, siendo reemplazados por el llanto de un bebé.

Pasados unos minutos un joven bajó las escaleras con un bulto de mantas entre sus brazos. Los ojos de los cuatro presentes brillaron al ver una pequeña cabeza pelirroja.

Al llegar junto a los demás se las enseñó, cada uno la cargó y adulaban lo hermosa que era. Adam preguntó por Uxía, el castaño contestó que se desmayó durante el parto, pero el medimago avisó que era normal, para después retirarse.

—¿Esta sola? —preguntó Adam otra vez.

Uziel abrió los ojos y cuidadosamente todos subieron las escaleras hasta la habitación en la que se encontraba.

La madre de Uziel, Carlota Smith, preguntó. —¿Cómo la llamarán?

Él observó al pequeño rollo de mantas, sonrió con algunas lágrimas en los ojos; alzó la mirada a los presentes sentándose suavemente en la cama que yacía su esposa comenzando a despertar. —Arianna, Arianna Adhara Smith Burke.

«Fin flash back»   

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