EL MUNDO DE PIEDRAS SUAVES.
Al abrir los ojos conejito se quedo anonadado pues ya no estaba en su suave y acogedora cama, ahora estaba en un lugar extraño, pero más que extraño era increíble, conejito se encontraba en lo alto de una colina de suelo escamoso con acabado cristalino de colores rosados, el cielo era estrellado lleno de burbujas y planetas gigantes, al asomarse por el acantilado logro divisar un enorme castillo rodeado de estrellas y constelaciones, y eso no acababa allí, se podían ver arboles de colores, ríos de agua luminosa, piedras de algodón que parecían algodón de azúcar, colinas que asemejaban helado apunto de derretir, y lo mas increíble para conejito, había flores de zanahorias por todas partes, ricas y grandes zanahorias que a conejito le encantaban, todo era perfecto, conejito se sentía feliz, el ya no sentía dolor, se miro en el reflejo del suelo y se dio cuenta que el estaba limpio sin feos golpes y sin manchones de sangre cubriendo su cara regordeta y esponjosa, to era tan perfecto que parecía un sueño... eso es, es solo un sueño, se dijo así mismo conejito, pero aunque sea solo eso conejito no pensaba soltar ese pedacito de felicidad que había probado, el se iba a aferrar lo mas que pudiera hasta que fuera hora de irse.
Conejito corrió por los campos de flores de zanahorias y comió todo lo que pudo hasta quedar más regordete de lo que era, salto sobre las estrellas de una en una hasta llegar a los raros planetas que en realidad era enormes galletas llenas de dulces y que tenían ríos de leche calientica para comerlas, después se acostó sobre una piedra que realmente era suave no como las del mundo de verdad que lastimaban con solo tentarlas, por ultimo decidió ir al castillo para explorarlo, ¿alguien vivirá allí?, se preguntaba conejito mientras se acercaba a el, cuando estuvo frente la puerta intento abrirla pero esta no se movía, entonces decidió tocar y esperar a que alguien saliera, pero nadie lo hacia.
Conejito realmente quería entrar a ese enorme castillo, el quería disfrutar todo lo que este mundo le brindaba antes de irse, algo tenia que hacer así que decidió entrar por la ventana, esto era un sueño y en los sueños puedes hacer lo que quieras ¿no?, así que conejito decidió saltar hacia ella, tomo un gran impulso y salto hacia dentro de la ventana y en hora buena conejito lo logro.
El castillo era realmente diferente a lo que conejito esperaba, en vez de estar lleno de dulces el castillo estaba lleno de cuadros sin terminar, pinturas de extraños seres sin pelo mas que en la nuca y sin rostro, las paredes eran totalmente blancas y los pisos parecían tablero de ajedrez, al final del pasillo se encontraba una puerta abierta de donde salían unas melodiosas notas, alguien estaba tocando el piano, conejito era muy curioso y salto rápidamente hacia la puerta, cuando por fin se encontraba enfrente de ella conejito dudo en entrar, que tal si era un conejo malo como los del mundo real y le querían hacer daño de nuevo? Conejito no quería sufrir en su propio sueño y cuando estaba apunto de dar la vuelta para marcharse una dulce voz salió de fondo de aquel cuarto diciendo "conejito no tengas miedo, entra de una vez", conejito hipnotizado por esa dulce voz entro sin pensar y allí sentada frente al piano estaba un extraño ser como el de las pinturas pero este si contaba con rostro, con un dulce rostro lleno de amor que esperaba a conejito con lo brazos abiertos y el no dudo ni un segundo en saltar hacia ellos, no fue por que le tuviera confianza y mucho menos por que la conocía de mucho tiempo si no que conejito nunca había sentido el cariño de alguien, siempre estaba solo y no tenia a nadie con quien hablar o abrazar cuando estaba triste, el necesitaba cariño, estaba tan desesperado por una muestra de afecto que no le hubiese importado que fuera un feo monstro ya que de igual manera hubiera saltado hacía esos brazos escamosos en busca de amor, el ser nada feo en realidad lo abrazo y acaricio su suave pelaje "has sufrido tanto conejito, as sido fuerte y muy valiente" le dijo mientras rascaba las orejas de conejito "pero ahora tienes que regresar" conejito asustado lo miro, el no quería regresar y mucho menos tan pronto aun tenia muchas cosas que hacer, aun no había comido suficientes flores de zanahorias, ni había brincado las suficientes estrellas ni comido suficientes galletas y leche tibia, el tenia muchas cosas que hacer, y no quería ir al mundo de verdad donde siempre estaba solo y siempre era lastimado, el se quería quedar, quería estar en este mundo y con ese ser dulce para siempre, conejito había probado la felicidad y ahora no quería dejarla ir jamás.
"Este no es tu mundo conejito, tienes que regresar y resistir un poco mas" ¿resistir? Conejito ya había resistido lo suficiente y mas, ya se había cansado de pelear y siempre perder, ya estaba arto de ser marginado y odiado por cosas que ni siquiera el conocía el porque, el se quería quedar, el no quería regresar "por favor" suplico conejito, el dolor que había desaparecido comenzó a aparecer, los feos golpes y manchones de sangre en la cara regordeta de conejito comenzaron a aparecer y poco a poco el mundo perfecto con flores de zanahorias y piedras suaves empezó a desaparecer.
"Yo era como tu conejito, pero a veces tienes que desaparecer del mundo real para empezar a vivir en un mundo fantástico como este, y tu aun estas en el otro mundo"
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El mundo de piedras suaves (Cuento corto)
ContoHabia una vez en un lugar muy pero muy lejano, llamado Villa Esponjosa, un conejito marginado del resto de los demás conejos, no por ser malvado ni mucho menos por causar miedo, el simplemente no encajaba con los demás.