Esperando

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¿A qué le tiene miedo la muerte?

Tal vez a sentirse sola.

¿A qué le teme el otoño? Cada una de sus hojas son un presagio. Una idea adelantada de un futuro marchito, que espera a caer en las garras del frío.

Navegan en la oscuridad, almas susurrantes en el vacío. A eso le teme el hombre sabio, a la noche sin luna.

Otros más temerarios rehúyen la tormenta en el mar.

¿A qué le temo yo?

A dejar de ver tus ojos. A las pesadillas que me asolan las noches en las que tu voz no hace aparición por mis oídos.

A que tu sonrisa desaparezca. A que el calor de tus brazos mude y acuda a otros labios el amor que he probado.

Le temo a morir, hecha ceniza. Perdida en el umbral de una noche que pudo amanecer. Temo no ser quien mereces sabiendo que jamás te he merecido.

A pesar de todo esto, vivo esperando bajo la nube gris que se instaló en mi habitación desde que te fuiste. Vivo esperando, mientras el espacio que ocupa tu ausencia se hace más grande y el temblor de mis labios augura la tormenta.

O tal vez ya no vivo.

Y solo quedé esperando. 

Cuentos de amor y otras desgraciasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora