Problema. Una palabra que rondaba siempre que le veían pasar, esa era la definición de Tomas Lucitor, mejor conocido con el simple apodo de "Tom", los alumnos que se encontraban en el corredor dieron espacio mientras observaban de reojo pasar a los padres del bad boy de la escuela de Mewne, que con las manos en los bolsillos, y los audífonos puestos en cada oreja entremetidos por el suéter color azul y camisa blanca pasaba detrás de sus padres como si nada.
Ya era normal ver a los padres de Tom ir y venir desde que el chico entró en la pubertad, todo por un arranque de ira hace 3 años atrás. Las miradas fisgonas se centraron en otras actividades desde revisar el casillero propio, mirar al compañero de al lado e iniciar una conversación hasta arreglarse un poco el pelo o el uniforme, como si realmente no estuviese su atención envuelta en Tom cuando este les miró.
El joven Lucitor sonrió mostrando su triunfante sonrisa blanca como si ahora mismo no se dirigiera a la horca. Una mirada severa, pero fugaz le dirigió Dave, su padre quien mantenía una mueca de disgusto mientras trataba de retomar la compostura ante su esposa.
Tom bajo los hombros como si nada mientras rodaba sus ojos y al final su vista se dirigía hacia sus bien lustrados zapatos de cuero negro, siguiendo el camino que conocía de memoria puesto que, ya era recurrente para él salir de la oficina del director. Si bien no había sido expulsado, era por las sumas de dinero que sus padres daban en donativos, hace un par de meses atrás gracias a ellos habían conseguido nuevo mobiliario para la biblioteca, algo que ensancho aún más la sonrisa del director de la escuela.
Detuvo sus pasos al ver que habían llegado, alzo la vista solo para ver como su padre tocaba la puerta de cedro dos veces y luego escuchó los pasos acercándose a la puerta. Como de costumbre el director haría alguna de sus cortesías lame culos para poder sacar provecho de su familia, y alzó una de sus cejas al ver que había acertado cuando el director un hombre obeso con traje blanco abrió la puerta para invitarles a pasar, notó la peste de colonia barata, su vista pronto diviso dos vasos en el escritorio junto con una botella. Sin embargo después de que sus padres pasaran se vio con la mano del director frente a su rostro.
—Usted joven Tomas se queda aquí.
Sentenció mientras cerraba la puerta. Tom solo pudo bufar mientras se sentaba en la banca de junto.
Se dejó tumbar en la banca de madera, cruzo las piernas mientras sacaba el reproductor de mp3 de su pantaloncillo caqui, miró al techo mientras dejaba escapar un suspiro al aire esperando que la "conversación" no tardará. No es que tuviese algo mejor que hacer, ahora mismo el Director le había regalado tal vez a lo mucho una hora libre de Matemáticas.
Sus dedos se deslizaron en las teclas del reproductor mientras buscaba algo para ambientarse sobre la situación. En su mente solo un pensamiento se estaciono. "Me cagarían y ya" nada nuevo sin lugar a dudas, pero que le volviesen a quitar el móvil eso sí que sería una patada en los bajos, si bien Janna le había conseguido uno para comunicarse con su grupo en aquella ocasión aquel aparato era más obsoleto que nada. Ahora entendía porque le había dicho que le perteneció a su hermano mayor el "bloque" cuadrado que solo servía para mandar mensajes de texto.
Pensó en sacar su móvil, pero un día Pony Head había tenido la brillante idea de cómo no perder comunicación y este era perder su móvil antes del castigo. Confiando en su lógica, a sabiendas que sus padres siempre iban por lo que más quería y no es que amase su teléfono celular sino que reconocía que pasaba más tiempo pegado a él cuando no estaba con su banda o con su novia Star. Por ello se lo había dejado a su cuidado esperando que más tarde no se llevase la sorpresa de encontrarse con su móvil olvidado o con la pantalla rota al reconocer que Pony Head, apodo para una de las mejores amigas de su novia Star y suya, era demasiado descuidada ante sus arranques de espontaneidad que siempre conllevaban un hueso roto en el cuerpo.
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Tras los cristales 【Tomco】
Historia CortaUn divorcio nunca es fácil de asimilar. Comet lo sabe en carne propia tras el reciente divorcio de sus padres. A pesar de que esperaba las peleas como reclamos entre sus padres, el cambio rotundo de la pareja fue llevado de la forma más calmada que...