N I G H T B O Y

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Cerró de un portazo ignorando los gritos que su padre le disparaba sin cesar, intentando refugiarse en aquellas débiles paredes que lo aguardaban de todos los insultos que iban a recaer sobre su persona. Lanzo la mochila a cualquier parte de la habitación, sin importarle mucho si a su vez botaba algo. Así mismo, pateó con todas sus fuerzas el pequeño sillón de fibra que tenía dentro de su guarida, descargando su ira igualmente sobre la pared.

No lloraría, el jamás lloraba por culpa de las blasfemias de su padre. ¿Es que acaso no bastaba con finjir? ¿No bastaba con esforzarce cada día? Estaba aburrido de reprimir su orientación sexual debido a el ambiguo pensamiento que su padre tenía sobre la homosexualidad. Lo odiaba, lo aborrecía.

— Necesito un maldito cigarrillo —murmuro histéricamente mientras se lanzaba en el mullido colchón para alcanzar la cajetilla sobre el velador— Este día no puede ir peor, mierda.

Tomó la cajetilla junto con el encendedor y salió hacia el pequeño balcón que su habitación por suerte tenía. Cerró con pestillo la puerta de vidrio corrediza y encendió ansiosamente el cigarrillo, el cuál en un dos por tres se encontraba apresado entre sus resecos labios. Un largo suspiro de alivio se escapó de por entre sus labios, mezclado con el toxico humo de la nicotina que a la vez se escapaba por sus fosas nasales.

Observo la jungla de edificios que se hacía por entre las calles, diferentes tamaños, diferentes colores, diferentes vidas dentro de ellos. Se imaginó asi mismo, la vida de aquellas personas, idealizo una escena en alguno que otro balcón.

— Si tan solo no fuera tan imbécil —escupio fríamente mientras dejaba caer las cenizas hacia el vacío— Debería dejar de ser tan malditamente obvio y esforzarme más en poder ocultar esto.

— Si bien soy fanático del teatro, aquel monólogo no lo he oído jamás —una voz externa sobresaltó a Yoongi, provocando que sus manos se contrajeran, dejando caer así el cigarrillo.

— No es un monólogo —gruño el blanquecino mientras se inclinaba levemente para ver si ya había caído completamente— era el último que me quedaba.

— Lo siento, pero te he hecho un favor —sonrio el chico mientras se levantaba de la silla en su balcón y se acercaba hasta el borde para apoyarse y observar igualmente el paisaje obstruido por los enormes bloques de cemento— si no te molesta, creo que he escuchado todo este tiempo los problemas que tienes, aún así no se me han dado las agallas para ayudarte, pues, a mi parecer no me incumbe, pero ya que. finalmente el destino te trajo aquí, y créeme que todos los días puedo escuchar los insultos atraves de las paredes.

Yoongi entreabrio sus labios y observo con pena a su vecino, no le diría nada, pues estaba consciente de que no tenía malas intenciones. De todas formas, tampoco es como si le importara eso de no tener privacidad, pues sabía sobre la baja calidad del material del edificio.

— Realmente no se que responder a eso —confeso— y tampoco es como si tuviera necesidad de hacerlo.

— No fue un buen día, ¿Cierto? —La suave y rasposa voz de su vecino llegó hasta los oídos de Yoongi luego de unos minutos de silencio.

— Nunca son buenos días —respondio agrio, golpeteando el metal del barandal, desesperado por tener aquel pequeño tubo blanco entre sus dedos, la ansiedad lo consumía.

— Ya veo —el contrario asintió observando a su vez el pequeño tick nervioso en las manos de su vecino— Eres fanático de esa pequeña arma, ¿No es así?

— ¿El cigarrillo? Si —asintio y mordió sus labios, observando como el ocaso del día daba contra el cabello y pestañas de su contrario.— Y a ti que, ¿Te disgusta?

— Algo así, su olor no me agrada demasíado. no lo sé, prefiero el alcohol.

— pequeña arma blanca. —susurro Yoongi con una pequeña risa socarrona— así que ambos somos unos malditos adictos, tu eres el alcohólico y yo el drogadicto, ¿Es así?

— Bueno, Yoongi —el mencionado ladeó su cabeza y observó como su vecino se adentraba en lo que parecía ser su habitación. No supo el porque, pero sintió un poco de decepción al creer que no volvería y que aquello se había comprendido como el final de una extraña conversación. Prontamente sonrió al ver como su radiante sonrisa salía por entre las oscuras cortinas.— Yo te ayudaré con tu vicio, si prometes que tú me ayudarás con el mío, y de paso, que nos encontraremos cada noche justo aquí.

— ¿Cada noche?

— Eso es lo que dije.

— ¿Que es lo que se supone que recibo a cambio?

Una pequeña risita salió de los labios de el chico de sonrisa brillante, quien se acercó hasta el borde del balcón en dirección hasta el de Yoongi, estirando su mano con lo que parecía una cajetilla purpura pastel de material holográfico. De manera automática, la mano de el blanquecino fue al encuentro de la otra para recibir lo que al parecer eran cigarrillos saborizados.

— Puede que recibas esto, pero créeme que recibirás mucho más.

Yoongi bajo la mirada hasta su mano y detallo la peculiar cajetilla que yacía entre sus huesudos dedos. Frunció el ceño rápidamente al darse cuenta de la frase anterior— A que te refie-

Pero ya no estaba, el chico de sonrisa brillante, había desaparecido por entre aquellas oscuras cortinas que dejaban oculto su mundo personal, y Yoongi no pudo estar más agradecido por aquello. Llevo su vista hasta el ya oscuro cielo y soltó una risa, pensando inconsciente en la raidante sonrisa de su vecino.

— Así que con que Night Boy.





All the love
Adori

HOLA¡! aquí Adori reportándose.
He vuelto, ¡Porfin! 

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⏰ Última actualización: Aug 28, 2018 ⏰

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