C o m i e n z o

1.3K 182 11
                                    

Desde pequeño, Min Yoongi había sido un chico sumamente inmerso en sus pensamientos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Desde pequeño, Min Yoongi había sido un chico sumamente inmerso en sus pensamientos. Sus ideas únicamente las sabían sus diarios, que con perfección, eran ordenados en una repisa cada que ya estaban completos con palabras legibles. Sus únicos amigos eran los que había conseguido—por suerte—en un evento de Rap al cual le habían invitado a presenciar. Ese día conoció a su mejor amigo, Kim Taehyung y a su otro amigo, Kim Seokjin. Ambos eran hermanos de padres distintos, su relación era algo insestuosa, pero Yoongi no era quien para juzgarlos.
Sus padres se habían mudado a aquel enorme edificio cuando el chico cumplió nueve años de edad. Para ese entonces, Yoongi era un pequeño con problemas de autoestima y de socialización. Con el tiempo, la escuela lo ayudo a progresar, y así convertirlo en el chico dadivoso que la mayoría conocía, aunque no siempre era así, habían días en los que Yoongi ignoraba todo a su alrededor, encerrándose en su burbuja, como cualquier adolecente de quince años.

Fue un día lunes, cuando sus padres lo obligaron a ir hacia el depósito de basura para arrojar los peluches que ya no necesitaba—no los podía regalar porque estaban completamente destruidos por causa de su perrita Holy—, para ese entonces Yoongi jamás había hablado con ninguno de sus vecinos, pero al parecer, ese día fue la excepción. Un niño alto, de cabello rizado y piel medianamente morena se encontraba de espaldas a él, tirando la bolsa de basura con mucho esfuerzo en el enorme tarro. Yoongi supuso que no el podría lanzar esa enorme bolsa por si solo, si ese chico—mucho más alto que el— apenas podía. Con mucha vergüenza y al ver que ya había lanzado la bolsa al tacho, tocó su hombro, llamando su atención.

— Hey —Yoongi por un momento quedo completamente congelado por la hermosa sonrisa que portaba aquel chico— ¿Estas bien?

El blanquecino abrió sus ojos hasta tope y negó, sacudiendo su oscuro cabello, para luego asentir frenéticamente, sacándole una contagiosa risa a su contrario— Si. yo, yo quería preguntarte si podías ayudarme a tirar está bolsa —elevo su brazo y mostró la enorme bolsa repleta de peluches destrozados— No alcanzó hasta el borde.

— ¡Claro! —el chico, en un movimiento rápido, tomo la bolsa y con impluso la lanzo dentro del tarro de basura— Listo, nada que no se pueda resolver.

— Oh, muchas gracias —yoongi hizo una pequeña reverencia y sonrió ligeramente— Ten linda noche.

— Igualmente. —hubo un silencio y luego el chico alto soltó una risita— Que va, dime tú nombre.

Yoongi frunció el ceño y observo hacia ambos lados, creyendo que el chico alto le dirigia la palabra a alguien más. Se sonrojo al darse cuenta de que eran los únicos en el subterráneo de el edificio— Yoongi, Min Yoongi.

— Okey Yoongi, es lindo saber que vivimos en el mismo edificio. Tal vez nos veamos en alguna próxima ocasión.

Y antes de que el mencionado pudiera reclamar, el chico alto paso junto a él y desaparecio por entre los pasillos que daban hacia las escaleras. Ignorando el hecho de que habían ascensores a unos pasos de donde ellos habían estado hablando.

— Nisiquiera alcance a preguntar su nombre, mierda.

— ¿Porque tardaste tanto? —su madre y padre estaban en el umbral del departamento esperando a su único hijo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— ¿Porque tardaste tanto? —su madre y padre estaban en el umbral del departamento esperando a su único hijo.

— Había fila.—mintio fácilmente.

— Entra, es hora de cenar.

Asintiendo, camino hacia ellos. El azote de la puerta que daba a las escaleras de emergencia resonó por el pasillo de el último piso de aquel edificio y llamó la atención de la familia min. Sobre todo la del hijo, quien sonrió al ver como el chico que lo ayudo a botar sus peluches, se acercaba apresurado a la puerta junta a la de el. El chico de cabellos rizados volteó la mirada y vio a la curiosa familia observándolo, fijo su vista en Yoongi y le guiño un ojo antes de abrir la puerta y entrar.

Esa noche, Yoongi durmió intranquilo, pensando en que el y aquel chico habían sido vecinos durante años y no se habían topado niun solo día.



All the love
Adori.

Nigh Boy; HopegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora