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Pero vaya que había resultado un estúpido. Un imbécil.
Si tuviese alguien a quién contarle el zafarrancho que había pasado el día anterior tratando de entregarle al objetivo de su devoción ése simple ramo de flores estaba seguro de que le calificaría con la mismas exactas palabras. ¿Y para qué? ¡Si había olvidado firmar la puta nota!Se dio cuenta un rato después de llegar a su casa. Ya estaba recostado cómodamente en la suavidad de su cama, dispuesto a descansar como era debido y fue ahí cuando cayó en cuenta. Casi se ahoga enterrando la cara en la almohada por el descuido. Pensó que el esfuerzo había sido en balde pero luego recordó la cara emocionada de Iruka-sensei y se corrigió. Aún si había cometido ése torpe error claro que había valido la pena.
Ahora ya estaba más calmado, con los pensamientos en orden y sus sentimientos expuestos. Apenas despertó se preparó exactamente como la mañana anterior y fue a comprar otro ramo de para el sensei. Ésta vez se sentía confiado, después de ver esa escena en casa de Iruka algo le decía que quizá sí tenía una pequeña oportunidad.
Nuevamente la mujer en la florería le recibió con una sonrisa, preguntando si nuevamente serían girasoles a lo que él respondió afirmativamente y ésta vez le sonrió de vuelta. Estaba de un excelente humor ésa mañana.Aún así, como sabía que el de la cicatriz estaba trabajando a ésas horas, decidió pasear por la aldea un rato, aprovechar el día nublado y almorzar fuera.
Ésta vez no le importó que la gente reparara en él y en el pequeño ramo que cargó a todas partes, al contrario lo mostró orgulloso, pensando que pronto podrían verle de la misma manera pero con Iruka-sensei de su mano.Pasado el mediodía se dirigió a la Academia, y subió al mismo árbol de siempre. Aún faltaba cerca de hora y media para que el otro terminará su horario laboral, así que sacó su inseparable Icha y se dispuso a esperar. Pero incluso aún después de ése tiempo y de que todos los maestros y los demás niños salieran, no lo vio por ningún lado. Esperó un par de minutos más, siguiendo con su lectura pero entonces notó que alguien cruzaba el patio de entrenamiento. Viró el rostro con rapidez y su ánimo flaqueó un poco al notar que era otro chūnin más y no quien realmente le interesaba. Mizuki, creyó recordar que se llamaba. Él sí era alguien irrelevante, no conocía que hiciera algo más que enseñar en la Academia y según lo que sabía de él tampoco tenía habilidades especialmente fuertes o útiles.
Lo barrió con la vista una última vez, decidido a dejar de prestarle más atención y volver a su libro, pero justo en ése momento la persona que le tenía ahí hizo acto de presencia.Iruka-sensei se acercó tímido al otro, parecía esconder algo tras su espalda. Comenzaron a hablar y Kakashi no pudo evitar agudizar su oído para escucharles.
Su estómago se revolvió con un sentimiento indescriptible cuando Mizuki se acercó demasiado al cuerpo del castaño y aún más cuando le miró tomarle de la barbilla, acercando casi del todo sus rostros.Y entonces, Iruka-sensei comenzó a hablar, y el pinchazo en su estómago se convirtió en dolor, subió hasta su pecho y se hizo un nudo en su garganta. Y aumentó cuando le vio entregarle una pequeña maceta con un par de girasoles plantados.
Se trataba de un malentendido; quiso bajar e interrumpir la escena, pero las mejillas enrojecidas de su sensei le frenaron casi al instante. Era demasiado obvio que sí Iruka había confundido a su remitente era porque tenía sentimientos por el otro. Además había sido su culpa, él había olvidado firmar la nota.
Dejó de escuchar la conversación en el instante, necesitaba irse de ahí antes que alguno de los dos lo notara. Dirigió una última mirada a la pareja y se arrepintió al segundo, pues fue testigo de cómo Mizuki reclamaba la boca del moreno, ésa con la que él llevaba soñando durante tanto tiempo.
Kakashi frunció el ceño dolorosamente y emprendió ida.
Estrujó los girasoles contra sí, mientras iba de árbol en árbol pensando qué debería hacer con ellos. La idea de botarlos le pareció dolorosa y los pegó aún más a su pecho. No podía hacerlo, en él aún estaban los anhelos por el precioso chūnin moreno.
Kakashi los miró una última vez, pensando que no tenía caso, esta vez tendrían que ser para él.FIN 🌻
[EDITADO: ¡Más de 1800 leídas! :'D Me emociona mucho, gracias por el amorssss♥ L@s invito a leer la continuación de Girasoles para ti, ''TUS OJOS DE LLUVIA'' ♥]
¡No me maten! Tengo dos gatitos que dependen de mí :"v
Ejem! Creo que a éstas alturas es muy obvio que ésto no termina aquí, peeero tendrá que ser en otro fanfic.
Los girasoles ya cumplieron su cometido en éste uwu💛
Les agradezco que llegarán hasta aquí y no dejaran de leerlo en cuanto se dieron cuenta de qué iba éste último mini capítulo. También siento mucho si no era lo que esperaban.
Pero ya saben, necesitamos salseo antes de que la siguiente trama empiece 7u7 💛Girasoles para ti va para el grupo de Facebook, ya lo había mencionado. Pero más aún para la beia Kimy, quien fue mi musita ésta vez. El drama aquí fue una especie de homenaje a ella, porque siempre, siempre me sorprende con el que escribe en sus propios fanfics.
No sé, quería que ella sufriera un poquito como yo lo he sufrido con los suyos. Tal vez no lo logré, porque ella AMA el drama y la tragedia, es una experta. Pero ojalá haya sentido un poquito de pena.De nuevo gracias por leer y si ustedes así lo desean, nos veremos por acá nuevamente. ¡Aún falta hacer justicia!
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Girasoles para ti [KakaIru]
RomanceDespués de un agotador día en la academia, al fin estaba en casa. Arrastrando los pies, se dirige a su habitación y allí descubre con emoción, un gigantesco ramo de girasoles. "Cuando te miro a la distancia, ya no puedo apartar la vista. Te has conv...