67

143 16 0
                                    

Bey abre de nuevo los ojos.

Ya no esta en esa nave.

Y ya no están los cuerpos de sus amigos.

Ya no hay nada de eso.

Esta en Asgard, en uno de los jardines de palacio.

Y Odin está ante ella.

-Abuelo... -Susurra incrédula.

-Nieta, al fin te conozco.

La rubia lo observa y corre a abrazarlo mientras las lágrimas se deslizan por sus mejillas.

-Esto es una pesadilla, todos están muertos, no quiero más esto. Quiero estar contigo para siempre abuelo, ayúdame a eso.

Odin la separa y la mira a sus ojos arco iris.

-Al final lograste sacar tu verdadero poder.

-¿Qué? -Pregunta confusa. -No lo entiendo.

-Tu poder pequeña, el arco iris. 

-¿Qué tiene qué ver el arco iris con esto ahora?

-Verás... -Ambos se sientan en la hierba con el fresco viento acariciando su rostro. -En Midgard hay un refrán que es "Cuando pasa la tormenta llega la calma", ¿cierto?

-Así es.

-Bueno, no envié a Thor aquella vez a Midgard por casualidad e ira, que también puede que un poco, lo envié porque debía encontrar la calma para su tormenta interior. Conoció a Jane, tu madre. Ella le transmitía la calma que una vez Frigga logró conmigo. Como sabrás ambos se casaron y naciste tú, pero yo ya no estaba por aquel entonces para verlo. A lo que quiero llegar es que tu padre se equivocó cuando te nombro la Diosa del trueno. 

-¿Entonces quién soy?

-Tú, mi pequeña princesa, eres Aubrey, Diosa del arco iris y Portadora de la lanza Jane, con la que puedes arrebatar la vida de cada enemigo que te propongas o usarla como un bonito accesorio. -Sonríe levantando su mano con la lanza en forma de brazalete.

-Entonces... ¿Tú sabías qué yo iba a ser amiga de los Portadores, íbamos a vivir todo lo que hemos vivido e iba a quedarme sola?

-Sí y no, antes de nacer tú ya sabía que pasaría, y sé como terminará todo esto. Y no, no estas sola Aubrey. Todos están a tu lado.

-Pero yo no sé dominar los arco iris, ni si quiera sé como usarlos. Sólo se usar la lanza e invocar rayos.

-¿Acaso nunca te fijaste que tras usar tu lanza y soltar el rayo salía el sol y un arco iris?

Bey piensa unos segundos y niega.

-Ocurre, te lo aseguro. 

-Pero aún así sólo sé usar mi lanza.

-¿Eres la Diosa de las lanzas?

-Yo... No. -Niega.

-¿Eres la Diosa de las tormentas?

-No.

-¿Qué Diosa eres?

-La del arco iris.

-Bien. -Odin se levanta y Bey lo observa desde el suelo. -Pues demuéstralo.

-Espera. -Se levanta la princesa rápidamente. -No puedo.

-¿Por qué?

-No soy poderosa, no soy nada contra Nemesis, no tuve ni siquiera una gema que proteger. No valgo nada. Sin mis amigos no puedo.

-Tus amigos nunca fueron la fuente de tu poder, te ayudaban a concentrarte, te centraban. Pero el verdadero poder esta dentro e ti, sólo hay que buscarlo. Esta justo aquí, donde siempre estuvo.

Odin señala su pecho y ella sonríe.

Ambos se abrazan, antes de volver a cerrar los ojos y desparecer.

-Te quiero, mi pequeña princesa... -Susurra su abuelo por última vez.

Los portadores de las gemas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora