Capítulo 1.

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7 AÑOS DESPUÉS

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7 AÑOS DESPUÉS.
Ya era primavera, todos en la ciudad habían deseado que la estación por fin llegara. Los exámenes de admisión a la U.A. se acercaban; la mejor academia en la formación de heroes iba a abrir sus puertas un año más, muchos se preparaban para ese gran día.

El día era hermoso, los Sakuras ya con flor pintaban las calles de un lindo color rosa, el sol resplandecía, una pequeña brisa sacudía las ramas y suavemente la cabellera oscura de la hermosa chica

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El día era hermoso, los Sakuras ya con flor pintaban las calles de un lindo color rosa, el sol resplandecía, una pequeña brisa sacudía las ramas y suavemente la cabellera oscura de la hermosa chica.

Muchos de los que estaban ya en las calles la saludaban; no había forma de saber si era por que la querían o por su madre, lo más probable era que fuera por lo segundo, ya que aún cuando la saludarán mucho, casi nadie se le acercaba.

Ignorando esa hipocresía, con formalidad y respeto les respondía con una ligera reverencia, su semblante era serio.

—¡Oye espérame! —Majime reconoció la voz casi de inmediato, se detuvo dándole oportunidad al chico de alcanzarla—. No fuiste a mi casa ¿podrías decirme la razón? Fue muy grosero de tu parte.

—No vi necesidad, ibas a llegar tarde o temprano, así que decidí venir sola.

Kenji comenzó a quejarse por la apatía de su mejor amiga, había que admitir que aunque ella era muy fría con él, le tenía un gran afecto. La joven sin poner demasiada atención a las protestas de su compañero, volvió a caminar, no quería discutir tan temprano.

En poco tiempo el chico entendió lo que Majime pensaba y cambió rápidamente de tema.

  —Por cierto, hoy tenemos entrenamiento, ¿tu madre te dió alguna idea de qué haremos? —Majime negó con la cabeza—. Tengo miedo de que Ayoma-sensei se emocione de más.

Masayoshi al enterarse de que los chicos querían entrar a la U.A. se dió a la tarea de entrenarlos para que pudieran controlar a la perfección sus quirks y vieran todo lo que podían hacer con ellos. La madre de Kenji al principio no estaba de acuerdo, sin embargo, con el tiempo lo fue aceptando por el futuro de su hijo.

Tenían prácticas cuatro días a la semana por cuatro horas corridas, normalmente terminaban agotados, pero siempre daban lo mejor de ellos.

  —Lamento que tengamos que practicar en tu cumpleaños —dijo Majime con una voz fría—. Podemos hacer algo antes de las tres.

Majime, ¿qué eres? [BNHA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora