"Mi Querido Lindo Gatito" [Katsudeku] 18+ [Finalizada]

7.-"ser un heroe... el heroe de kacchan"

—¿¡kacchan?! —bajó con rapidez las escaleras, su corazón parecía latir como loco, estaba realmente asustado, ese kacchan si que le hacía pasar malos momentos... Pero también estaban esos momentos en los que la cabeza del pecoso iba por las nubes gracias al rubio—

Por otro lado, aquella desconocida persona que se había infiltrado en la habitación del rubio para así llevárselo, lo llevaba en una especie de saco de color negro, parecía ir en dirección a la antigua estación subterránea de trenes. 

El que alguien se dirigiera a ese oscuro y antiguo lugar, no era nada normal. Desde que aquella estación cerró, solo vuelan rumores de que hay fantasmas, incluso de que el viejo del saco estaba allí. Boberias, ¿no?

El pecoso no tuvo otra opción más que tomar un abrigo y salir de casa, sabía que alguien se había llevado a su adorado gatito... Digo, a kacchan.

Corrió por las calles, observando cada lugar para ver si había algo fuera de lo normal, pero no, todo estaba normal.

Apunto de entrar en panico, izuku divisó a un “chico” que corría mientras llevaba consigo un gran saco negro. Al pecoso le pareció raro, así que decidió seguirlo.

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El rubio estaba abriendo sus ojos lentamente, encontrándose con aquella vista oscura, no podía ver absolutamente nada.

—¿n-nya?

—¡shhh! ¡Cierra la boca! —exclamó el desconocido—

—¡¡nyaaa!!

El pecoso miro aquel saco de golpe al darse cuenta de que un maullo había provenido de ahí.

—¡kacchan!—gritó con fuerza mientras activaba su quirk y corría hacia el “chico” que llevaba el saco—

El “chico”, al darse cuenta de que el pecoso corría hacia él, activó su quirk e hizo que el saco que contenía a kacchan comenzara a flotar.

—¡no me lo quitarás!—exclamo el chico mientras se elevaba cada vez más alto, para que así, no pudieran alcanzarlo—

Aun así, midoriya dio un gran salto, que lo dejó a centímetros del chico. Agarró con fuerza la pierna del contrario, causándole un leve dolor, la jaló hacia abajo, intentando que aquel chico dejara de flotar, pero fue inútil.

—¡d-deja a kacchan!—exclamó el pecoso sin soltar la pierna del contrario, sabía que si lo hacía podría incluso morir a causa de la gran distancia que separaba el suelo al lugar en donde estaba.

El chico solo negó, por alguna extraña razón quería llevarse al pobre rubio asustado que había dentro del saco.

Por otro lado, el rubio no podía defenderse, la transformación que tuvo seguía avanzando, ya no podía utilizar su quirk, era completamente vulnerable.

—n-nya...

—¡si no quieres dejar a kacchan, dejame ver quien eres!—el pecoso estiró su mano logrando despojarle el gorro que tapaba su rostro.—

—tu eres... ¿¡Uraraka?!