Puede... Sólo puede

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05/08/2014

Son las tres de la madrugada y me encuentro escribiendo en un diario como fue mi cita con Charly, esto un poco triste, ¿No?

Y bueno, vamos al grano:

Me llevé a Charly al Parque de la Luna, a las afueras de la ciudad. Fuimos a tomar un helado, de chocolate, obviamente. Hacía muchísimo calor, pero Charly vestía con pantalones vaqueros largos y una sudadera rosa, de manga larga también; era un tanto extraña pero me agradaba. Estuvimos hablando un rato, ella me contó que era la primera cita que ha tenido, me hizo gracia pero no me reí porque sabía que a ella no le parecería divertido. Me contó que los chicos no solían fijarse en ella, que ya sabemos como son las cosas, ella suele ser ignorada. Me enfadé un poco con el mundo, porque Charly era muy maja. Charlotte para la familia, Charly para los amigos y Apártate-puta-imbécil para los demás. No se lo merecía. Supuse que no querría hablar más de la gente que la llamaba eso, la tomé de la mano y me la llevé hasta el lago:

- ¿Ves eso? - dijo ella.

+ ¿El qué?

- ¡Eso que corre tan rápido!

+ ¿Qué? ¿Dónde?

- ¡Aquí mismo!

Y la boba de ella salió corriendo para subirse en el primer caballito libre del tiovivo.

+ Te va lo de salir corriendo de repente, ¿eh?

- Puede... Sólo puede.

+ ¿Con que esas tenemos?

La agarré por la cintura y la bajé del Tiovivo, me tiré sobre el césped y ella cayó conmigo. Y como tenía que ser, le di su merecido ataque de cosquillas.

- ¡JAJAJAJAJA, Déjame, Ty! - repetía Charly una y otra vez.

+ Si me prometes que dejarás de salir corriendo.

- ¡Nunca!

Y volvió a irse. La seguí y me paré a su lado cuando ella dejó de correr.

+ ¡Cuidado con el beso, Charly!

- ¿Qué be...?

Y sin dejarle terminar la pregunta besé a Charly en los labios. Parecerá muy de película, pero así fue.

- Hmm... Dos raros besándose en medio del parque de juegos, lo normal.

+ Es lo bueno de ser raros, ¿No? ¿Qué mas da que esto sea poco normal?

Y esta vez, el beso me lo dió ella.

+¡Uy! ¿La chica que no quería salir conmigo se está soltando?

-Puede... Sólo puede.

+Tonta.

-Pero te ha gustado.

+Puede... Sólo puede.

-¡Retrasado!

Y le abracé entre risas, es algo distinto estar con ella.

+Me has ayudado a decidirme.

- ¿A decidir qué?

+Pues que ahora me gusta una chica de dieciséis años a la cual le mola salir corriendo y responder dejándo dudas.

-Que te follen.

+¿Vas a ser tú la que lo haga?

-¡Puaj! ¡Cerdo!

+Anda -Y la abracé de nuevo

+Que me gustas, tonta.

-Puede que tú a mi también, pero solo puede.

Nos dimos un beso de despedida y la llevé a su casa. Vaya día...

Vaya día.

·Amnesia·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora