shikamaru shinden

capítulo 4

“No puedo simplemente entrar caminando a una aldea, ¿O sí?”

Shikamaru estaba muy consciente de su posición. Teniendo sus primeras vacaciones en tres meses, él esperaba en el borde de la aldea oculta entre las rocas. Pronto, varios shinobis aparecieron. Shikamaru sabía que había sido detectado. Era un pequeño grupo de seguridad, así parecía.

Él no pidió ver a Kurotsuchi, él quería que fuera una visita privada. Él pidió ir directamente a la casa de retiro de Oonoki. Se podía ver la duda en sus caras ante tal petición, si podía ver esa duda, entonces significa que las palabras dichas en la reunión anterior ya están en efecto.

Shikamaru fue llevado a la casa de Oonoki, la cual era solitaria, separada del resto de la aldea. La casa del viejo hombre era pequeña, de sólo tres metros de altura, con una recámara y una habitación para visitas. El hombre disfrutaba su bien merecido retiro.

Shikamaru vió a un verdadero Shinobi en el anterior Tsuchikage.

“Viejo, tú ganaste”

Shikamaru habló fuertemente a través del tablero de Shōgi. Él tenía problemas auditivos y no podría escucharlo si hablara normalmente.
El caballero se mantenía a salvo, cinco espacios lejos del rey. El viejo había puesto a su general dorado en el área de Shikamaru. Él siempre parecía enfocarse en la ofensiva, y pretendía no escuchar a propósito.

“¡Hey!, ¡Anciano!” Shikamaru gritó.

Oonoki mantenía su cara oculta, mirando hacia abajo, al tablero.

“¿Qué pasa?” Oonoki preguntó, mirando hacia arriba con ojos afilados, recordando a Shikamaru sus tiempos como ninja.

“¡Ya ganaste!”.

Cuando Shikamaru dijo eso, él notó al caballero.
“Tranquilo, hice un mal movimiento con el general dorado”, Oonoki dijo.

“Ya no tienes que hacer nada, ¿Que te acabo de decir?”, Shikamaru gruñó.

“Sólo estoy revisando, lo siento” el viejo dijo.

“¡Te estoy diciendo que ya ganaste pero me estás ignorando!” Shikamaru gritó.

“¡¿Quee?!”

Mientras fruncía sus gruesas cejas, Oonoki pateó el tablero de Shōgi, enviándolo a volar. Respirando fuertemente por la nariz, apuntó su dedo a Shikamaru.

“¡Una vez más, ahora mismo!” Él demandó.

“¿Estás bien?” Shikamaru preguntó mientras se rascaba la cabeza.

El antiguo Tsuchikage asintió agresivamente.

“¡Tengo tiempo y no hay oponente como tú!”

“Oye, oye, ¿sólo para eso es mi compañía?” Shikamaru suspiró.

“¿Que dijiste?” Oonoki gruñó.

“Nada”, Shikamaru dijo.

“Cuando jugamos, me hace hervir la sangre, ¡Como en los viejos tiempos!”, Oonoki declaró.

Shikamaru recogió el tablero de la forma correcta como si reverenciara la pasión del viejo. Lentamente fue poniendo las piezas de vuelta al tablero, una por una.

“Entonces…”, Shikamaru empezó.

“¿Que pasa?”, Oonoki preguntó.

“Si me escuchaste ¿Eh?, O tus oídos mejoran cuando te emocionas, o me haz estado ignorando todo este tiempo por conveniencia. ¿Eso es lo que pasa cuando pasamos por alto al ganador?”.