La historia de cómo cada una de mis sucrettes conocieron a los chicos y se enamoraron de ellos. Algunas de las escenas escenas son idénticas a las del juego
Todos los personajes de CDM pertenecen a Chinomiko y Beemoov.
Los personajes restantes son m...
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Bárbara Yamila
Era el primer día en el nuevo instituto, está nerviosa, aterrada con la idea de empezar desde cero haciendo nuevas amistades e intentando no quedar mal con nadie, por suerte para mi Kentin había decidido seguirme, no se que le impulsó a hacer eso pero una parte de mi se siente agradecida de no estar sola.
Desayune calmadamente, sería un desastre si luego me agarra hipo ya que no me dejaría hablar fluidamente.
-¿Quieres que te acompañe cariño?- preguntó mi madre.
-no es necesario mamá, estaré bien- sonreí -Kentin estará ahí- vi a mi padre levantar la ceja mientras despegaba la vista del periódico.
-deberías irte ya o llegaras tarde-
Tome mis cosas y con un saludo rápido me despedí.
Nos habíamos mudado cerca del instituto, unas tres cuadras exactamente, pasando el parque. El vecindario era tranquilo y limpio, nada que ver con el anterior en el que vivía donde siempre se podía escuchar a gente peleando y animales ensuciando las calles.
Debía esperar a Kentin en la cafetería cerca del instituto. Mientras lo hacía veía pasar a los estudiantes en dirección a este.
Tenía la mente perdida entre la gente que pasaba cuando alguien me hizo cosquillas. Reí estrepitosamente, era totalmente indefensa en esa situación.
-¡Kentin!- grite mientras reía -¡Ya basta! Jaja-
-Buenos días- dijo mientras se detenía.
Vi sus grandes gafas cerca de mi rostro, él estaba cerca, demasiado. Sentí como el calor subía por mi cuerpo e inmediatamente me alejé de él. Kentin me seguía el paso, mientras se reía de mi reacción.
Entramos en el edificio directo a la oficina de la directora
-Bienvenidos al Instituto Sweet Amoris. Espero que se acostumbren rápidamente al instituto. Les sugiero que vayan a ver a Nathaniel, el delegado principal, para verificar que sus formularios de inscripción estén completos- explicó
-Bien, ¿alguna otra cosa que debamos hacer?- preguntó mi acompañante.
-No. pueden retirarse, tengan buen día- se despidió
Con un gracias ambos salimos de allí. Kentin se fue al baño mientras yo le echaba un vistazo al lugar.
Fui en dirección al patio y accidentalmente choque con alguien.
-Lo siento- dije -no prestaba atención- le tendí la mano -Hola, Soy Bárbara-
