Causalidad
Antonio Calvo
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1. Prólogo____________________________________________________________7 2. Regularidad ______________________________________________________19 3. Probabilidad _____________________________________________________37 4. Retrocausación___________________________________________________55 5. Mentalismo _____________________________________________________121 6. Contrafácticos___________________________________________________165 7. Epílogo__________________________________________________________177
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causalidad
1. f. Relación entre una causa y su efecto.
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1. Prólogo
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Te apoyas contra la pared, el flequillo te cae sobre la frente y los ojos. Enmascarado tras tu personaje observas a tu alrededor. Yo formo parte de la escena. Aunque no me engaño, sé que soy uno más. Tu mirada rebosante de ingenuidad y descaro nunca se detiene en mí: es un foco que danza de un cuerpo a otro arrastrando su luz fugaz. Me has atraído desde que te vi bajar por la escalera. Te has quitado la cazadora pero no la bufanda, se ve que adoras su estridencia. Has inclinado tu pequeño cuerpo sobre la barra y has pedido una Coronita. A los dos minutos has agitado tu botella vacía delante del camarero porque querías otra. Luego has comprado un paquete de Fortuna, tuviste que mirar el precio. Me enterneces, diablito, creo que todavía no has aprendido a tragar el humo. Ya lo harás... Y no será lo único que aprendas, te lo aseguro. A veces me culpo, pero sigo haciendo esto. Todos aquí nos creemos diferentes. Odiamos que nos metan en el mismo saco, seguro que cada uno tenemos nuestras razones para salir compulsivamente. Yo no miento cuando digo que “es una época que estoy pasando”. Sin embargo, no sé cuánto durará. Lo disfrazo de hedonismo, de sed de conocimiento, de búsqueda de inspiración. Y bueno, algo de eso sí que hay. Confieso que me fascina observar a estas personas, lugares como éste me parecen los mejores para practicar psicología amateur. Juego a imaginar de dónde vienen, qué hacen aquí en vez de estar durmiendo en sus casas. Y si intimo con un chico, aunque sólo acabe siendo la típica historia de una noche, ya es como tenderle en el diván de mi consulta: estudio el lenguaje de sus manos, cómo dialogan con mi
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cuerpo; registro su desenvoltura o su vergüenza cuando sólo nos queda la desnudez; analizo qué hay detrás de sus palabras, lo que calla en sus silencios. Tendría que hacer un esfuerzo para acordarme de todos los chicos con los que he estado en los últimos tiempos, pero los que primero me vienen a la cabeza son aquellos cuyas vidas no eran especialmente interesantes sino más bien al contrario: me desarmó encontrar rasgos de sensibilidad, incluso de poética, en chicos tal vez vulgares a primera vista. Recuerdo en especial uno que trabajaba como reponedor. Tenía pinta de macarra, no compartíamos ningún gusto, nuestras ambiciones vitales eran muy diferentes... Y sin embargo, no he podido olvidar el mimo con que recorrieron mi piel sus dedos, sus labios, ni tampoco la dulzura de todo lo que me decía entre beso y beso. No me engaño, reconozco que detrás de este interés "psicológico" hay algo más. En el fondo, sé que lo único que busco es lo que he perdido. Amor. Lo nuestro duró tres años. Nos conocimos en una librería, era esa época en que solía deambular sin propósito por las calles donde me sentía protegido, las únicas calles donde muchas parejas se dan la mano, y siempre acababa entrando allí para hacerme con cualquier libro o película que me ayudara a configurar mi incipiente identidad sexual (o identidad a secas, me atrevería a decir). La única forma que concebía de enfrentarme al mundo, de sentirme normal pese a mi diferencia, era teniendo pareja. Y a él le ocurría algo muy parecido. Compartíamos inexperiencia y ansiedad, una mala combinación. Nunca funcionó, siempre fue algo a medias, sin la intensidad que –supongo,
