Capitulo 31.

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CAPITULO 31.  

-Yo también te amo mamá.-dije.

Terminó el abrazo. 

-Bueno hija te veo medio triste. Y si quieres me puedes contar si no quieres no hay problema, pero para olvidar eso… que tal si nos vamos a Plaza Centella. Nos vamos a pasear y nos comemos un helado, vamos de compras. Y vamos a pasar un momento increíble de madre a hija.-dijo mi mamá con tantas ansias. 

Cuando mi mamá decía esto sus ojos brillaban. La veía muy entusiasmada de pasar esos momentos conmigo. Antes solíamos hacer eso. Salir y asi. Pero con los problemas dejamos de hacerlo. La verdad yo extrañaba esos momentos con ella. Reíamos mucho, yo le contaba todo, era como mi mejor amiga. Y ahora trataremos las dos de recuperar esa confianza que nos teníamos. 

-¿Me estas preguntando o algo? Porque yo ya dije que sí.-dije y le guiñé el ojo. Reímos. 

-Bueno hijita, báñate y cambiate. Yo haré lo mismo. Ahorita nos vemos.-Dijo y salió del cuarto. 

Y entonces cuando salió empecé a pensar. Que este sería un dia bueno. Sin novio, sin amigos, sin nada. Solo íbamos a ser mi mamá y yo. Reirémos, hablaremos. Y todo. 

“Será un gran día” dije entre susurros. 

Me metí a bañar, me tardo como 3 canciones y media. Jajaja eso siempre lo digo. Salí. Fui al armario y empezé a buscar que me iba a poner en ese grandioso día. Busqué de izquierda a derecha, de arriba abajo. Y no encontraba nada.

-Mierda.-dije. 

Ey ey ey, no me había dado cuenta de que a lado de aquellos jeans rojos había un vestido. Un vestido azul con blanco, muy hermoso. Ese vestido me lo había regalado mi mamá cuando cumplí 16. Por si no lo había mencionado tengo 17 años. Ese vestido mi mamá me lo compró cuando cumplí los 16 fue mi regalo de cumpleaños. Recuerdo que cuando mi mamá me lo dio yo le hice una mueca. Mi mamá se puso triste y me dijo “Si quieres no te lo pongas, no era tan importante”. Me porté muy grocera con ella. Pues ella mientras me lo daba, me lo daba con mucho entusiasmo. Y después creo que por lo que hice ese entusiasmo se fue. 

Era mi momento para corregir lo que hice. Entonces decidí ponérmelo. 

El vestido entró en mi perfectamente. Fui a el espejo y wow. No es por nada pero me veía super guapa. 

-Hija a estas lis…-entró mi mamá. –Vaya hija, te ves preciosa. ¿Es el vestido que te regalé hace un año?-dijo mirándome con asombro. 

-Sí mamá. Es ese. Me queda bien ¿no?-dije.

-¿Bien? Es poco. Te queda hermosisisimo. Ahora si vas a robar miradas eh.-dijo. 

Reímos. 

-Tu también te ves muy guapa eh mamá.-dije.

-Hay hija, muchas gracias.- dijo.-Bueno vámonos que se hace tarde.-dijo. 

-Si mamá ya voy. Solo me maquillaré un poco.-dije.

-Si hija, te espero en la sala.-dijo y salió del cuarto. 

Empecé a maquillarme. Esta vez no lo haré mucho. Me puse tantito polvo. Me enchiné las pestañas y me puse rímel. La verdad me veía muy guapa. 

Agarré una pequeña bolsa gris. Eché lo que la mayoría de las chicas lleva en una bolsa, ya saben, pinturas, espejo, labial, y no podía faltar el celular. 

Me puse unos zapatos de tacón 3cm grises los cuales combinaban con la pequeña bolsa que llevaba. Salí del cuarto. Bajé las escaleras. Y mi mamá ya estaba esperándome. 

Terminé de bajar las escaleras.. Mi madre se levanto de aquel sillón en donde estaba sentada. Y se me quedó viendo. 

-Vaya Aqua, estas muy hermosa. Mi hija esta muy hermosa.-dijo. 

-Jajaja ya mamá. Vamonos.-dije. 

-Jajaja Claro, vámonos.-dijo. 

Y salimos de la casa. Tomamos un taxi y nos llevó hasta la Plaza Centella. 

"I'm Fine"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora