Capitulo 55.

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"I'M FINE"

Capítulo 55.  | Últimos capítulos.

*Narra Aqua*

Y bueno, ahora dos de las personas más importantes de mi vida estaban mal.

–Carter, donde estás…– susurré mientras caía una lágrima sobre mi mejilla. 

Me encontraba sentada en la sala de espera. Estaba temblorosa. Limpie aquella lágrima y me levanté. Era hora de visitar a Alice. Me dirigí hacia su habitación. Antes de entrar suspiré y agaché la mirada. Giré el picaporte, entré y de inmediato cerré la puerta de la habitación. Al levantar la mirada vi a Alice estaba despierta, estaba sentada y tenía el celular en la mano. De inmediato me lancé a ella. 

–¡Alice! – grité mientras corría a abrazarla. 

Esta extendió sus brazos. Nos abrazamos. En realidad no sé si fue un abrazo puesto que de inmediato Alice me separó de ella. Me sentó en la camilla.

–Aqua, necesitamos salir de aquí ya…– me dijo. Me miraba a los ojos.

–¿Por qué? – pregunté confusa. 

–Escucha. – se levantó de la camilla. –Carter me…me acaba de llamar. Él está bien, bueno, no tanto, necesita de nosotras. Tenemos que ir a donde él está. –

¿Carter? ¿Le llamó? MIERDA. 

–¿¡DONDE ESTÁ!? – pregunté desesperada.

–Es como un lugar fijo para mi y para Carter. No te puedo decir donde es, necesitamos ir y ya. Y sí, sí está algo lejos. –

–No importa si está lejos o no. Necesito saber de Carter. –

–Entonces vamos. –

–Está bien. Primero pasaremos a mi casa por algo de cosas para el y dinero. Y después tomaremos transporte. –

Asentí con la cabeza. 

Alice me tomó de la mano y juntas salimos de la recamara. Bajamos las escaleras y salimos de aquel hospital. 

Estábamos en la casa de Alice. Alice vivía sola. Vivía en un departamento no muy grande y no muy chico, tenía dos recámaras. Yo estaba en la primera. Me encontraba sentada en un sillón rojo claro de terciopelo. Sólo miraba el lugar. Alice estaba en la segunda recámara, sólo se escuchaba ruido de cosas, en realidad no sabría decir que cosas. En lo que Alice estaba preparando las cosas, yo observaba aquel lugar. Miraba por todos lados, hasta que hubo una pared que me llamó la atención. Aquella pared tenía 3 cuadros; el grande era una pintura de una gran manzana, el mediano era igual una pintura, pero esta era de una pera y el cuadro más chico era de…en realidad no se alcanzaba a ver.

Me levanté y me acerqué hacia aquel cuadro más pequeño. Parecía que era una familia, o más bien, la familia de Alice... Estaba ella, su mamá, su papá y su…¿hermano? Parecía ser su hermano, se parecía a Alice.

Alice cerró la puerta de la segunda habitación con fuerza. Di un pequeño brinco. 

–Vámonos. – dijo Alice. 

Llevaba una mochila, era grande, pero no la llevaba tan llena.

Salimos de su apartamento. Había una estación de autobuses cerca de la casa de Alice, fuimos. Alice compró dos boletos. En realidad no sabía lo que hacía. Sólo me dio un boleto y nos subimos a un autobús. Teníamos los asientos 4C y 5C. Los buscamos y nos sentamos. 

–Será un viaje largo. Duerme. – dijo Alice mientras cerraba los ojos.

¿Largo viaje? Mierda. Cerré mis ojos. 

–Próxima estación Bosques. – se escuchó. 

–Aqua, tenemos que bajar. – se escuchó la voz de Alice enseguida. 

Entre abrí mis ojos. La luz no dejaba que yo los abriera. Miré a Alice que estaba arreglando un poco su cabello. Me senté bien. Y empecé a observar el autobús, no había nadie. Alice y yo éramos las únicas en el autobús. Froté mis ojos con mis puños. Y enseguida voltee hacia la ventana. Había un carter que decía “Estación Bosques” y en letras más pequeñas decía “Bayart”. No había nadie en aquella estación. 

–Aqua. Vamos. – dijo Alice mientras se levantaba. 

Seguí a Alice. Y bajamos del autobús. 

–¿Dónde estará la salida de esta puta estación? –dijo Alice buscando la salida. 

–¿No será por ahí? – señalé unas escaleras. 

Alice se encogió en hombros. 

–Vamos. –

Subimos las escaleras. Y al fondo había una puerta. Nos dirigimos hacia ella. Empezaba a hacer frío. Mientras más cerca estábamos de la puerta, más frío hacía. Empezaba a titiritear. Alice me vio.

–Espera. – me dijo. 

Nos detuvimos un momento y en seguida ella sacó un sueter de su mochila. 

–Ten. Póntelo. – dijo acercándome el sueter.

–Gracias. –

Rápido me lo puse. GRAN ALIVIO. El suéter en verdad era calientito. 

Llegamos al final del pasillo. Alice abrió aquella puerta. Salió ella primero y enseguida yo.

Estaba oscuro y el lugar era ¿¡QUÉ!? ¿Un bosque? ¿ENSERIO?

–¿Un bosque? – pregunté confundida. 

–No sólo es un bosque. Aquí Carter y yo nos conocimos. –

*Suena celular.*

Alice saca su celular de la bolsa de su pantalón. 

–¡Es Carter! – gritó.

*Llamada telefónica.*

Alice: Hola. Sí. Sí. Sí, viene conmigo. ¿En el árbol? Está bien. Sí. Ya vamos. 

*Fin de llamada telefónica*.

–¿Dónde está? – pregunté. 

–En el árbol. Mierda son las dos de la mañana. – Alice guardó su celular. –Vamos. –

No sabía a que se refirió con eso de “En el árbol”. No le tomé mucha importancia. Yo sólo quería ver a Carter.

Empezamos a caminar. Mientras caminábamos Alice me venía contando de cómo se habían conocido Carter y ella. En realidad no le venía poniendo atención. Venía más concentrada viendo el bosque y en Carter. Como ya había mencionado era de noche, pero la luz de la luna alumbraba un poco el bosque. Lo suficiente para que Alice y yo pudiéramos ver. 

–Llegamos. – dijo Alice. –¡CARTEEEEEEEEEEEER! –gritó. 

–Por aquí. – se escuchó a lo lejos. 

MIERDA ERA LA VOZ DE CARTER. Corrí a buscarlo.

–¡Carteeeeer! – grité.

En seguida Carter llegó por detrás de mi, me volteo hacia él y me abrazó. Le respondí el abrazo. 

*Suena celular.*

Ahora no me importaba el maldito celular. Sólo me importaba Carter. Sólo él. 

*Suena celular*.

–Creo que deberías contestar. – dijo Carter terminando el abrazo.

–Claro... – suspiré. 

Carter se fue a abrazar a Alice. 

Miré el celular. 

*Llamada entrante de Austin.*

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